Lunes, 24 de agosto de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › CELULARES, PLASMAS, MICROPROCESADORES DE úLTIMA GENERACIóN, AHORA RECICLABLES
Las propuestas de tecnología de última generación, amigable con el ecosistema, son parte del discurso más reciente en las empresas de primera línea. ¿Es marketing o un avance real? Un estudio informa sobre los beneficios que encuentran las empresas.
Por Sonia Santoro
La vieja dicotomía entre industria y ecología parece entrar en una nueva etapa. La industria tecnológica empieza a dar algunos pasos para producir de manera más amable con el medio ambiente. Ya están disponibles celulares reciclables, plasmas o microprocesadores que ahorran energía, o centros de cómputos inteligentes que permiten gastar menos. Las propuestas “verdes” comienzan a ser parte de las agendas empresarias. ¿Cuestión de marketing o cambio genuino?
Hoy es posible encontrar celulares amigables con la naturaleza como el Samsung F268, que no contiene pvc, uno de los plásticos (polímeros) más usados y más contaminantes; o el Moto W233 Renew de Motorola, que está hecho con material de botellas plásticas recicladas y también es reciclable. También hay algunas computadoras, como las de Toshiba, que están hechas con materiales de bajas concentraciones de cadmio, plomo y mercurio. Además consumen menos energía y se pueden reciclar. O plasmas como algunos de la línea Benq que ahorran un 25 por ciento de energía y emiten menos dióxido de carbono y mercurio. En ropa y objetos de diseño también hay algunos productos novedosos.
Pero la tendencia principal se da a nivel corporativo. A fines del año pasado, Intel presentó la investigación “El Impacto de la Tecnología en el Ahorro Energético en nuestro país”, en la que se midió el consumo eléctrico de PC nuevas y viejas en instalaciones de YPF y en pruebas de laboratorio. Allí se compararon las diferencias de consumo entre equipos con procesadores Intel Core 2 Duo y equipos basados en tecnologías anteriores, Pentium 4 y Pentium D. El estudio arrojó que se puede lograr un ahorro energético de entre el 30 y 40 por ciento si el parque instalado de PCs es actualizado a las últimas tecnologías en microprocesadores.
Más allá de que esto pueda verse como una forma de acelerar el consumo de tecnología, cuya producción impacta en el medio ambiente, Mariana Iribarne, gerente de Asuntos Corporativos de Intel Argentina, asegura que hay una preocupación por reducir el impacto. “Esta es una industria y los procesos que hacemos para hacer nuestros productos tienen un impacto en la ecología”. El año pasado reciclamos el 84 por ciento de los residuos químicos, y 88 por ciento de nuestros residuos sólidos a nivel mundial. Así y todo, con ese esfuerzo en el reciclaje, igual aumentamos la cantidad de uso de agua en el 2008 y estamos intentando reducirlo. Así que en la medida en que nosotros no pongamos el esfuerzo en producir productos que tengan menor impacto en el uso, no tiene sentido”, dice.
En Symantec hicieron un informe mundial que incluyó a 1052 encuestados de 15 países sobre el uso de tecnología ecológica en las empresas, que se acaba de dar a conocer. “Los responsables de toma de decisiones de Información Tecnológica justifican cada vez más las soluciones de Green IT por: reducción del consumo de electricidad (90 por ciento), reducción de costos de refrigeración (87 por ciento) y presión corporativa por ‘ser verde’ (86 por ciento)”, dice el informe. Es decir que la tendencia está instalada. En Argentina, en particular, “uno de los puntos por los cuales esto se hizo muy fuerte es porque estas iniciativas apuntan a reducción de costos y en etapas de crisis todos buscan oportunidades para reducirlos”, dice Marcos Boaglio, gerente de Preventas para Cono Sur de Symantec.
Iribarne confirma la línea de pensamiento: para muchas empresas y también consumidores finales lo que prima para adoptar tecnología verde es la posibilidad de ahorrar. “Si hacés una cuenta a cinco años de cuánto va a gastar un producto, evidentemente hay un ahorro implícito que tiene que ser tenido en cuenta a la hora de comprar el producto”, dice. “Uno a veces habla de ecología y pareciera ser simplemente una declamación pero en tecnología ser ecológicamente sustentable también es económico. Ahorrás plata en consumo eléctrico, aire acondicionado”, apunta Roberto Cruz, Gerente de Negocios de IBM Argentina.
“Invertimos cerca de 1000 millones de dólares por año –continúa Cruz–, en desarrollar de tecnología y servicios verdes. Nuestros productos tienen en mente lograr menores consumos y mayor utilización de los recursos para generar menos impacto ecológico. Se procesa más información con menos consumo. También en servicios, ayudamos a nuestros clientes a hacer que sus instalaciones tecnológicas tengan menos consumo, ayudándolos a reconstruir sus centros de datos, para que tengan en cuenta nuevas tecnologías en disipación de calor, consumo de energía y también a implementar virtualización y consolidación, es decir que si tienen muchos servidores, los ayudamos a hacer que las aplicaciones puedan ponerse en un solo servidor más grande y que consuma menos.”
Aunque en Argentina el movimiento es incipiente, es sólo cuestión de tiempo y de cambiar algunas lógicas de producción y de consumo. Como dice Iribarne: “Esto tiene que ver con la sustentabilidad del negocio de la empresa; de que aquellas que tengan en cuenta el medio ambiente, sus comunidades, su impacto al momento de realizar sus productos, van a ser más sustentables a largo plazo”.
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