Miércoles, 2 de septiembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › ES EL CUIDADOR DEL CAMPING DONDE DESAPARECIó LA NENA
El cuidador del camping John Goodall, Alberto Urrutia, fue procesado como el presunto autor del delito de “sustracción de menores” en la causa por la desaparición de la niña Sofía Herrera, ocurrida hace casi un año en Río Grande. Dado que Urrutia tiene más de 70 años, el juez de Tierra del Fuego, Eduardo López, le dictó en forma preventiva la prisión domiciliaria. Pese a que recién esta semana empezarán las pesquisas en la casa del empleado, “gracias a la reconstrucción del hecho de mediados de agosto y a varias pericias psicológicas, el escenario cambió, así como también sus posibles consecuencias. En el camping había sólo cinco adultos cuando desapareció la nena y cuatro de ellos la sitúan cerca de la vivienda de Urrutia”, confirmó a Página/12 una alta fuente de la Fiscalía local.
Después de dictar el procesamiento de Urrutia por “sustracción de menores”, el juez López aseguró que la investigación para esclarecer lo sucedido con Sofía desde que desapareció, el 28 de septiembre de 2008, “es un proceso de evaluación complejo y largo”. De hecho, “vamos a hacer un relevamiento con la policía científica, que nos ha diagramado toda una secuencia de trabajo que vamos a ir cumpliendo. Es decir revisiones, observaciones, obtenciones de muestras”.
“Uno de los elementos que nos proponen incorporar es el Geo Radar, un aparato que lee por debajo de la superficie de la tierra”, manifestó el juez en alusión a un sofisticado aparato que ya fue utilizado en investigaciones para hallar cuerpos de desaparecidos en otros puntos del país.
López también explicó que antes de dictar el procesamiento de Urrutia “se barajaron muchísimas hipótesis y en algún punto las cuestiones confluyen”. Urrutia es un jubilado de 73 años que, en el momento de la desaparición de la niña, trabajaba como cuidador del camping de Río Grande y vivía en una pequeña casilla dentro del predio John Goodall. “Si damos la vuelta al mundo y no encontramos nada, tenemos que volver al lugar del hecho –enfatizan desde la Fiscalía–. Y en el lugar, gracias a la segunda reconstrucción de las últimas semanas, pudimos establecer que Sofía desapareció a 40 metros de la casa de Urrutia, a casi tres cuadras de donde se encontraba su padre (Fabián Herrera) y su amigo (Silvio Giménez).” Fuera de ese dato, no hay por ahora más pruebas en contra del cuidador.
Según el vocero de la Fiscalía, “(Fabián) Herrera mintió porque no admitió que había dejado de controlar a su hija, dijo que siempre estuvo cerca suyo y eso no fue así; pero no estuvo implicado en su desaparición”. Entre otros factores, fue “ese relato erróneo del padre lo que impidió el buen de-senvolvimiento de la investigación”, concluyó la fuente. En la misma línea, el juez López explicó que “esta hipótesis aparece en este momento, pero es fruto de un trabajo de más de 10 meses de trabajo”. Por su parte, el abogado de Urrutia, Diego Jure, adelantó que apelará el procesamiento dictado por el juez.
Informe: Mariana Seghezzo.
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