Marcelo Andrade, el comisario que había sido desplazado por el ministro de Seguridad Carlos Stornelli de la titularidad de Sustracción de Automotor de la Bonaerense, ayer fue relevado de su nuevo cargo de jefe de la DDI de Mercedes, sillón al que había arribado tal como difundió este diario, sin pompas ni estridencias mediáticas. Según se filtraba ayer de algunos corrillos de la Bonaerense, después de la denuncia presentada por Stornelli el lunes pasado, era inimaginable la designación de Andrade en ese cargo. “Lo durmieron a Stornelli”, se escuchaba decir en los corrillos, en referencia a que tras la denuncia, a espaldas del ministro, alguien logró proteger al comisario tratando de mantenerlo en carrera pero en Mercedes, lejos de la escena que lo llevó a unas luces de neón poco convenientes. Si de luces se trata, el propio jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, sostuvo que “la denuncia de Stornelli va a arrojar claridad para que no se termine demonizando la institución”.

Desde otra perspectiva, el juez Luis Arias, quien había denunciado el reclutamiento de menores de edad en octubre pasado, corrigió: “Stornelli está obligado a investigar a la policía y no a presentar la denuncia ante la Justicia –dijo a Página/12 el juez platense Luis Arias–. Para eso se creó el Ministerio de Seguridad, que tiene las herramientas necesarias para investigar a su policía. ¿Por qué presenta la denuncia ante la Justicia?”.

Según los especialistas, la denuncia, que blanquea el reclutamiento de chicos para el robo de vehículos, debería desatar un abanico de profundas revisiones de causas en las que fueron detenidos menores de 18.

“Del robo de autopartes surge un patrón claro porque si se quiere investigar se puede determinar que los pibes son instrumentos de alguien que está atrás –explicó en off un funcionario judicial–. Preguntarse para qué roban los pibes un auto, ¿para pasear después? Si en el caso Cáceres, por ejemplo, se demuestra que el pibe detenido fue reclutado, fue usado como un instrumento y se tiene que mejorar su situación procesal.”

El caso del reclutamiento de menores había sido denunciado por el juez Arias en octubre pasado, denuncia que provocó una polémica con el Ejecutivo bonaerense que salió en bloque en defensa de los uniformados. En aquel momento, Stornelli respondió a Arias denunciándolo a su vez ante la Justicia por omisión de denuncia, al no presentarse a detallar los casos concretos de reclutamiento de jóvenes por la policía. Menos de dos meses después, el lunes pasado, Stornelli presentó su denuncia aparentemente desdiciendo su polémica con Arias. “Enhorabuena –saludó el juez–. Esta policía, de la que Stornelli se siente víctima, es la misma cuyo discurso copiaron desde el inicio de su gestión Scioli y el propio Stornelli. Scioli decía que ‘hay que dotar de poder de fuego a la policía’. Stornelli sostenía el discurso de mayor equipamiento. Eliminaron las reformas estructurales que permitían controlar a la policía. Restauró la figura del jefe policial. Restituyó las jerarquías policiales. Desarticuló los foros de seguridad que eran canales de conexión con la sociedad civil y sus necesidades. Es esta misma policía que ahora está denunciando. Stornelli es víctima de su propia incapacidad.”

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