En la madrugada del miércoles, una familia fue asaltada en su casa de Ramos Mejía por dos encapuchados que, además de llevarse dinero y electrodomésticos, abusaron de una niña de cinco años. Inicialmente, el padre de la chica había realizado la denuncia solamente por “robo calificado”, pero con el correr de las horas él y su mujer, madre de la criatura, fueron enterándose de lo sucedido, por lo que ampliaron sus declaraciones ante la UFI 6 de La Matanza.

El robo ocurrió alrededor de las cuatro de la mañana, mientras la familia dormía. “Dos encapuchados ingresan por la parte trasera, me despiertan los golpes, con luz de linterna, estaba todo apagado, me tiran al piso, me atan de pies y manos, me golpean con el arma, a mi esposa también, me encierran en el baño”, contó el padre de la niña. Para que les dijera dónde estaba guardado el dinero, agregó, lo amenazaron reiteradamente: “Te voy a violar a tu señora, te voy a violar a tu hija”; la niña y su hermano, de 4 años, dormían en su habitación. “Les digo dónde estaba la plata y me empiezan a golpear”, y al cabo de unos minutos, cuando ya habían sustraído alrededor de dos mil dólares, cuatro mil pesos y electrodomésticos, los encapuchados se retiraron de la vivienda ubicada en Arriola al 1800. En la calle, al parecer, los esperaba, en un auto, un cómplice.

El padre de la nena llamó poco después al 911, aunque desistió de hacer la denuncia porque “era plata y nada más”. Sin embargo, “a las siete, ocho de la mañana” él y la madre de la chica comprendieron, por el relato que ella iba haciendo, “que la manosearon”, por lo cual decidieron radicar la denuncia. “Me toman la declaración, me mandan la policía científica, a levantar huellas y demás, yo no estaba. Le preguntaron a mi mujer si los ‘chorros’ habían tomado agua en un vaso, entonces se fueron, sacaron una foto en el living y nada más”, relató el hombre, quien, disconforme por esas actuaciones forenses exigió luego a la fiscal de La Matanza Mariana Sogio nuevas pericias en su hogar. A la segunda instancia pericial también concurrió la fiscal, quien además de realizar una inspección ocular ordenó que la niña sea sometida a estudios médicos y psicológicos. Hasta la noche de ayer no había detenidos.