SOCIEDAD › EVELINA CHAPMAN, MEDICA PEDIATRA

“Con anticoncepción esa desnutrición infantil disminuiría”

Es la directora general de Medicina Social de Tucumán y parece una voz en el desierto, tratando de convencer de que la no distribución de anticonceptivos es una causa básica del aumento de la mortalidad infantil.

 Por Mariana Carbajal

Si el gobierno tucumano hubiera impulsado políticas de procreación responsable, “hoy no tendríamos la desnutrición ni la mortalidad materna e infantil que tenemos, pero esto los funcionarios no lo entienden”. La crítica no viene de la oposición. Es la propia directora general de Medicina Social de la provincia, Evelina Chapman, quien levanta su voz y corre el velo para descubrir otras fotos-catástrofe de Tucumán. Según denunció en reportaje con Página/12, a pesar de que puso en marcha un programa para entregar anticonceptivos a las mujeres más carenciadas, no le asignan presupuesto para comprarlos. “Nunca le dieron prioridad. Siempre me dicen que hay gastos más urgentes.” Desesperada ante este panorama y convencida de que la planificación familiar es “clave” para enfrentar la pobreza, Chapman llegó al extremo de mendigar contraceptivos a laboratorios y organismos internacionales. Las consecuencias de esta situación, dice, son trágicas: “No quiero ser pájaro de mal agüero pero al paso que vamos, la mortalidad materna casi duplicará la tasa del 2001 (el 60 por ciento son muertes por abortos provocados) y la mortalidad infantil es probable que suba unos 3 puntos, a 28 por mil, sólo con el incremento de los fallecimientos de bebés de hasta 30 días y sin contar las muertes de menores de un año por desnutrición y otras causas”, reveló.
Chapman es médica pediatra, especializada en epidemiología. Además, es profesora de Salud Pública de la Universidad Nacional de Tucumán y miembro del Comité Ejecutivo para Latinoamérica de la Red Internacional de Epidemiología Clínica. En febrero de 2001 ingresó al Ministerio de Salud de la provincia y logró la creación de un programa de salud reproductiva. Tres meses atrás, Chapman quedó a cargo de la Dirección General de Medicina Social, de la cual dependen las estratégicas áreas de Epidemiología y Maternidad e Infancia.
–Antes del programa que usted puso en marcha el año pasado, ¿hubo alguna otra iniciativa para impulsar políticas de procreación responsable?
–No, ninguna. Sólo iniciativas aisladas en algunos hospitales.
–¿Entregan anticonceptivos?
–Está previsto, pero como el programa no tiene presupuesto no podemos comprar insumos. Es como curar de palabra. Si fuera ley podríamos fijar que se destinarán fondos para ese punto. El presupuesto en salud en Tucumán es escasísimo. En este contexto, pedir para anticonceptivos es imposible. He pedido donaciones, pero la única respuesta que tuve fue del laboratorio Schering.
–¿Planteó en el gobierno la necesidad de comprar anticonceptivos?
–Claro, pero siempre hay otros gastos urgentes. Cuando les planteo que con anticoncepción se baja la mortalidad materno infantil no lo entienden.
–¿Si no es por las donaciones no tienen ningún método para entregar?
–En este momento estamos trabajando sólo con donaciones. Pero nos alcanzan para dos meses, siendo muy generosos. Lo que hice ahora fue restringir y tratar de cubrir tres meses a las mujeres de más riesgo. El Ministerio de Salud de la Nación está ahora haciendo una gran licitación para comprar anticonceptivos. Si nos dan la cantidad que pedimos cubriríamos los requerimientos de todo el 2003. Por ahora nos acaban de entregar 200 DIUs, pero no es nada. También he pedido donaciones por otros lados, hasta al Parlamento Europeo y en una entrevista que me hizo una periodista inglesa para el British Medical Journal. Adonde puedo, pido, en algún lado voy a encontrar respuesta.
–¿Qué hubiera cambiado en la provincia con una buena política de salud reproductiva?
–En primer lugar, creo que no tendríamos la mortalidad que tenemos tanto materna como infantil. La mortalidad materna nos aumentó muchísimo.
–¿En qué niveles está?
–El año pasado teníamos 4,2 por 10.000 nacidos vivos, lo que significó 13 muertes en toda la provincia. Este año, hasta el 30 de septiembre solamente en la Maternidad de La Merced, la más importante de la provinciay más grande del país, tuvimos 14 muertes, cinco más que las que se habían registrado ahí el año pasado. Y no sé cómo está el resto de la provincia al día de hoy, así que esto casi duplicaría la tasa de muerte materna. El 60 por ciento es a causa de abortos mal hechos.
–¿Aun así, con estas cifras, no entienden en el gobierno la necesidad de impulsar el programa de procreación responsable?
–El ministro que se fue lo entendió. El que está ahora llegó hace muy poquito y está incendiado con todos estos problemas de desnutrición. Pero con la anticoncepción esa desnutrición disminuiría. Un programa de procreación responsable lo que hace es frenar que se reproduzcan en la pobreza todos estos fenómenos. Ese es el punto. No solamente vamos a bajar la mortalidad materna, la mortalidad neonatal e infantil, sino la morbilidad que significa esa desnutrición y un montón de otras patologías.
–¿Por qué se llega a grados extremos de desnutrición?
–Falta de comida, por un lado, y falta de educación, también por otro. Esto se ve en familias con bajo grado de educación, con madres semianalfabetas o con la primaria incompleta, sumado a la crisis y la falta de trabajo.
–¿Qué opina del Operativo Rescate?
–Sirvió para poner a Tucumán en los ojos del país y del mundo para poder conseguir fondos. Porque necesitamos una nueva maternidad y arreglar la Maternidad de La Merced que ya no da más: tiene 13.000 partos por año, y la mortalidad neonatal (bebés de hasta 30 días de vida) más alta. Hasta el 31 de agosto ahí se registraron 74 muertes neonatales más que el año pasado. Esa cifra es la que carga la tasa de mortalidad neonatal de la provincia que es la segunda más alta del país. Está en 18 por mil.
–¿Por qué es tan alta?
–Es tan alta porque la maternidad está hacinada, porque no puede seguir sosteniendo tantos partos y recién nacidos. Hay entre 35 y 40 por día, más 10 abortos en promedio, son 50 pacientes. Aunque haya 10 médicos no alcanza. No hay enfermería en la sala de partos ni partera. La maternidad de La Merced tiene una tasa de mortalidad perinatal –que abarca hasta los 7 días de vida– de 28 por mil, que es altísima.
–¿Faltan insumos para atender a las pacientes?
–Tal vez al día de hoy no, pero faltaban.
–Esta semana, la ONU presentó el informe anual de población, que precisamente hace hincapié en la planificación familiar como clave para el crecimiento de los países en desarrollo...
–Sí, lo leí. No hay dudas de eso. Hay que imponer los planes a presión. Es la clave. Si usted ve el mapa del norte argentino observa que en las provincias del NOA y el NEA, donde están las tasas más altas de mortalidad, no hay programas ni leyes de salud reproductiva o, si hay, no están reglamentadas o carecen de presupuesto.
–¿No hay legisladores que se preocupen por el tema en Tucumán?
–Uno o dos nada más.
–¿Qué siente al ver la foto de los chicos que se mueren de hambre?
–Esa foto la conocía desde el año ‘82. En ese momento trabajaba como residente en el Hospital de Niños y he visto esos mismos chicos y esta pobreza. La desnutrición existió siempre, aunque posiblemente no figuraba como diagnóstico de defunción, sino que aparecía neumonía u otra patología. Ahora va a aparecer más desnutrición, además de por la crisis, porque lo estamos pesquisando más.
–¿Quiere decir que en 20 años se hizo poco y nada?
–Es todo un contexto. Creo que está muy relacionado con la pobreza, pero lo que ahora agravó la situación es la brecha social, que antes no existía. No quiero ser pájaro de mal agüero, pero al paso que vamos podemos llegar a una mortalidad infantil en el año 2002 cercana al 28 por mil (3 puntos más que en 2001, que fue de 25,2, la segunda más alta del país), a expensas sólo de la mortalidad neonatal y sin tener en cuenta losmuertos menores de un año por desnutrición y por otras causas. Otro dato importante es que este año aumentó 2 puntos la tasa de partos prematuros.
–¿Cuáles son las causas?
–Es posible que sea por estrés, por infecciones, y además, que se esté computando a los bebés de bajo peso como prematuros cuando, en realidad, son pequeños para su edad gestacional, es decir, desnutridos fetales. Dos puntos es mucho de un año a otro. Creo que estamos con indicadores muy negativos. Desnutridos hubo siempre, pero ahora la crisis está calando muy hondo.

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