Lluvias torrenciales y derrumbes y deslizamientos provocaron la muerte de al menos 95 personas en el estado de Río de Janeiro y prácticamente paralizaron la capital del estado. Las muertes se produjeron especialmente en la capital, donde ya fallecieron 35 personas, y en Niteroi, la ciudad satélite de Río, donde murieron hasta anoche 48 personas. El extenso puente que une Niteroi con la capital fue clausurado provisoriamente a causa de los fuertes vientos que lo atravesaban.

En la favela Morro das Mangueiras, las imágenes aéreas de la televisión mostraban gente pidiendo socorro desde las azoteas de edificios precarios de tres o cuatro pisos, que quedaron al borde de un precipicio debido a un gigantesco deslizamiento. “Esas personas están cometiendo casi un suicidio, es una irresponsabilidad que permanezcan allí”, casi gritó el gobernador del estado de Río, Sergio Cabral, a la televisión Globo que mostraba las imágenes de los residentes agitando ropa y tarros de plástico en demanda de ayuda. Cabral pidió que se refugiaran hasta que pasara el temporal. Por la tarde, decretó tres días de duelo.

Según los servicios meteorológicos citados por la televisión local, en el barrio de Sumaré, cercano al cerro Corcovado, donde se erige la emblemática estatua carioca del Cristo Redentor, las precipitaciones alcanzaron hasta 270 milímetros, el doble del promedio que se registra normalmente en abril. Algunas calles de Río, en algunas zonas, están completamente cubiertas de agua.

“Salí del centro a las ocho de la tarde y llegué a mi casa, en ómnibus, a las ocho de la mañana. Un trayecto que en condiciones normales hago en 40 minutos”, relató una periodista de la oficina de la AFP. El bus en el que se trasladaba quedó bloqueado en medio del anegado barrio de Maracaná, donde se encuentra el estadio de fútbol, que también resultó afectado por las precipitaciones. El alcalde de Río, Eduardo Paes, recomendó a los habitantes permanecer en sus casas y no intentar llegar al centro de la ciudad, toda vez que los principales túneles que conectan las zonas norte y sur se inundaron y quedaron bloqueados por autos.

“Todas las calles importantes de la ciudad están cortadas por inundaciones. Intentar franquearlas pone a todos y cada uno en un riesgo enorme”, advirtió el alcalde carioca en un comunicado emitido en la mañana. La situación mejoró por la tarde, aunque la ciudad parecía desierta. Por la noche, las lluvias recrudecieron, y el funcionario admitió que la situación podría empeorar hoy. El presidente brasileño, Lula, quien se encontraba en Río para inaugurar obras en favelas, suspendió las ceremonias y criticó la construcción de viviendas en zonas de riesgo en la ciudad, que será sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y que tiene un enorme desafío de infraestructura por delante.