En su informe anual publicado ayer en Viena, las Naciones Unidas se pronunciaron a favor de no criminalizar a los consumidores de drogas, ya que la sanción no ayuda a resolver el problema. Así, el organismo se manifestó a favor de concentrar los esfuerzos en “una política centrada en la salud”. El documento destaca que el problema de la dependencia de las drogas puede combatirse y que la adicción es curable. La propuesta coincide con la posición de la Comisión de Políticas Públicas en materia de Prevención y Control del Tráfico Ilícito de Estupefacientes de la Argentina. Su coordinador técnico, Alberto Calabrese, consideró que el pronunciamiento de la ONU “va en el mismo sentido de lo expresado por esta comisión y del fallo de la Corte Suprema de Justicia”, que declaró inconstitucional penar la tenencia de drogas para consumo personal. “En su criterio, sostiene que incriminar a un tenedor simple, ponerlo bajo la mirada del derecho penal no sirve para la prevención ni para alejar al consumidor”, aseguró Calabrese.

El documento dado a conocer ayer por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) arroja que en 2009, entre 172 millones y 250 millones de personas consumieron drogas prohibidas. En estas cifras se incluyen a los adictos que, se estima, son entre 18 y 38 millones. “Las drogas ilícitas son una amenaza para la salud pública en todo el mundo”, señala en su escrito la Onudd.

La Onudd es clara en afirmar que “marcar a los consumidores (de drogas) como criminales no es una vía eficaz para tratar el problema”, sino que por el contrario hay que buscar integrar el tratamiento de los adictos en la medicina general y los sistemas de seguridad social. Por ello, la dependencia de las drogas “es sobre todo una preocupación de sanidad”, afirman los expertos de la ONU y consideran que es posible ayudarlos y tratar su adicción: “Una vez recuperados, pueden contribuir a sus comunidades”.

En la misma línea que ahora propone la ONU, la comisión que asesoró al gobierno nacional propone la confección de políticas públicas que deben estar sostenidas por “cuatro pilares: educación, salud, trabajo y desarrollo. Sin esas dimensiones, ningún adicto podrá ponerse en pie de igualdad con la sociedad”, afirmó Calabrese. Para el experto, “el consumo masivo de drogas entre los jóvenes se ha naturalizado. En muchos casos, se lo adopta como parte de una forma de vida, por lo que si se lo quiere evitar no se puede utilizar la criminalización, ya que implicaría incriminar a mucha gente que los toma como algo propio”.

Calabrese concuerda con el informe en cuanto a la importancia de aplicar “una política de salud”. Pero va un poco más allá. Resaltó la necesidad de apelar a “un convencimiento a largo plazo, a través de vías educativas, preventivas y de desarrollo”. Es que “al darle, a una persona, posibilidades de elegir y hacer cosas que la gratifiquen, en el terreno laboral, cultural y social, por ejemplo, se le están dando opciones para desarrollar aptitudes, lo que lo hace menos riesgoso para el consumo de sustancias”, explicó. “El tratamiento no puede ser compulsivo y obligatorio porque se estaría forzando a alguien a seguir un requisito.”

Entre las recomendaciones que realiza la ONU a las autoridades de los distintos países se encuentran las de invertir en prevención y tratamientos de salud. Además, el organismo insta a erradicar las condiciones que favorecen el problema de la droga a nivel mundial, como la pobreza, la inestabilidad o una deficiente gestión gubernamental.

“Tratamientos compulsivos o guerra contra el narcotráfico no van a dar ningún resultado positivo”, concluyó Calabrese.