Jueves, 13 de mayo de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › CRUCES EN EL DíA DESPUéS DE LA SALIDA DE CARLOS STORNELLI DEL MINISTERIO DE SEGURIDAD
El jefe de Gabinete bonaerense fundamentó el cambio en que “no bajó el delito violento” en la provincia. León Arslanian cuestionó la unificación de Seguridad y Justicia. “La policía no se puede autogobernar”, afirmó.
Por Carlos Rodríguez
El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, justificó el alejamiento del ex ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, al afirmar que “el delito ha bajado, pero en forma insuficiente para lo que queremos”, porque “no bajó el delito violento”. Pérez sostuvo que desde el Ejecutivo se han hecho “muchas cosas, pero faltan otras”. Llamó a trabajar “en la destrucción de las armas de fuego en aquellos que salen a robar drogados porque la violencia que ejercen (armados) es mucho mayor”. El propio Stornelli admitió que había cumplido “un ciclo” y que “llegó la hora de cambiar”. El ex ministro respondió a las críticas que hizo su antecesor en el cargo, León Arslanian, quien cuestionó la decisión del gobernador Daniel Scioli de fusionar los ministerios de Seguridad y de Justicia, al frente del cual quedó Ricardo Casal. Según Arslanian, es necesario un ministro de Seguridad independiente porque “la policía no se puede autogobernar”. Stornelli, en su respuesta, calificó a Arslanian de “mariscal del fracaso”, por su política respecto de la fuerza de seguridad.
En sus primeras declaraciones tras su renuncia al cargo, Stornelli aseguró que hizo “todo lo que pudo” y consideró que entregó “una policía mejor, con más preparación, transparencia en las investigaciones internas, menos delitos graves, y se llegó al índice de homicidios más bajo de los últimos 10 años”. Fue allí cuando admitió que el suyo era “un ciclo cumplido” y que el gobernador Scioli “entendió que había llegado la hora de cambiar y yo también lo entendí”.
Consultado por los dichos de Arslanian, consideró “nefasta y mala” su gestión como ministro de Seguridad. Al mismo tiempo, opinó que “no tiene sentido entrar en discusión” con su antecesor en el cargo, a quien calificó de “mariscal del fracaso”.
Arslanian, por su parte, advirtió que “no hay que pactar con la policía autogobernada”. Insistió en que a la policía “hay que gobernarla desde la conducción política, por lo que es conveniente que tenga un ministro de Seguridad exclusivamente dedicado a una tarea tan compleja como ésa, teniendo en cuenta que la fuerza policial tiene 55 mil hombres”.
Al criticar la conducción simultánea de las carteras de Seguridad y Justicia, reconoció que durante su gestión, en el gobierno de Felipe Solá también existía esa unificación. “En ese momento –justificó– esto tenía un sentido que era encarar una reforma profunda que fuera transversal y que abarcara también a la Justicia, pero en este caso desconocemos todo pormenor y no sabemos para qué lado van a tomar.”
Criticó lo hecho por la Policía Bonaerense durante el caso de la familia Pomar, pero aclaró que “antes de eso hubo muchas otras cosas muy malas, tal vez con menos visibilidad, que tienen que ver con decisiones que perjudicaron a una gran cantidad de personal policial, como por ejemplo el Escalafón Unificado que se dejó de lado porque sí, cuando había sido un logro muy importante y muy trabajado”.
Dijo que Stornelli hizo “desaparecer virtualmente la Policía Buenos Aires 2” y mencionó “una lista muy larga de desaciertos y de contrarreformas que fueron produciendo resultados adversos, crecimiento del delito y falta de control del funcionamiento policial”.
El jefe de Gabinete, Alberto Pérez, aseguró que “la decisión del gobernador (de remover a Stornelli) obedeció a que en esta etapa creemos que el abordaje que tiene que haber para el tema de seguridad tiene que ser un trabajo en bloque entre la prevención policial, el accionar de la Justicia y del Servicio Penitenciario”. Subrayó que el objetivo debe ser que “la gente esté más segura y tenga más rapidez en la Justicia y más policías en las calles”.
Consultado por Página/12, Fernando Navarro, diputado provincial y dirigente del Movimiento Evita, señaló que el tema de la seguridad “es complejo porque tiene relación con la situación socioeconómica. Si tenemos una distribución de la riqueza equitativa y justa, los índices del delito bajan, pero si no hay equidad y hay injusticia, eso no es posible”. Navarro aseguró que la inseguridad en Argentina es “inferior a la del resto de los países del continente”, pero de todos modos “falta mucho para alcanzar cifras que brinden tranquilidad y seguridad a todos”.
Sobre el alejamiento de Stornelli, también consideró que “cumplió un ciclo” y acerca del ministro Casal, sostuvo que es “un hombre de diálogo, amigo del consenso”. De todas maneras, consideró que “las soluciones no pasan por las personas, ni siquiera por un gobierno. Las coincidencias deberían darse en políticas de Estado que pasen por la prevención y no por la represión”. Instó a que las políticas públicas se orienten “hacia lograr una mayor presencia en los lugares más castigados. La seguridad va de la mano de la salud, la educación, los deportes y la cultura”.
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