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Durante el año que acaba de concluir hubo, en todo el país, menos muertos y heridos en accidentes de tránsito que en 2001. Pero la disminución no se debe a una repentina toma de conciencia vial por parte de los argentinos. El dato tiene su explicación en la menor utilización del auto, producto de la crisis y el aumento de la nafta.
Según una estadística difundida por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), en un promedio mensual, en 2002 hubo casi un centenar de víctimas fatales menos que en el año anterior, por lo que la cifra bajó de 711 personas muertas por mes a 619. Si se toma el cálculo en promedio diario, el informe indica que en 2001 hubo 23 muertes cada 24 horas, mientras que en 2002 se registraron 20 decesos.
De acuerdo al autor del informe y director del ISEV, Eduardo Bertotti, “los números no son para alegrarse, porque al haber un 30 por ciento menos del uso vehicular a causa de la crisis, la tasa relativa de accidentología grave, en vez de reducirse, aumentó un 10 por ciento”.
Además, según el especialista, también creció la tasa de accidentes de bicicletas, uno de los medios de locomoción que más se desarrolló desde que el precio del boleto del transporte público se tornó inalcanzable para miles de personas. En cuanto a las zonas con mayor siniestralidad, la provincia de Buenos Aires es la que domina el panorama, con el tercio de los accidentes en todo el país.