SOCIEDAD
Un día en el que los porteños se cocinaron
Fue como asarse a fuego lento, sin un minuto de respiro. El diluvio del lunes, que inundó zonas enteras de Belgrano, no trajo ni un segundo de respiro. La temperatura volvió a castigar ayer a los porteños, hasta alcanzar a las 14.20 los 34,8 grados centígrados, con una sensación térmica de 38. Semejante temperatura, la más alta de enero, hizo que la gente se volcará en masa a los bares con aire acondicionado y a los parques, para intentar escaparle, al menos por un rato, al implacable rayo del sol. La lluvia, anunciada con bombos y platillos por el Servicio Meteorológico, para las 16, finalmente, al menos hasta las 22, no se hizo presente y la noche llegó húmeda y pesada a arruinarles el descanso a los porteños. Pero en Santa Fe la pasaron bastante peor: allí a las 10 de la mañana la sensación térmica alcanzó los 46 grados, con una temperatura real de 36.