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La planificación mediática de la cobertura del Censo 2010, como la organización familiar del día de ayer de los argentinos, se trastrocaron abruptamente cuando a las 9.53 de la mañana, fiel a su historia, Crónica TV sacudió el sosiego que parecía iba a caracterizar la jornada. Esta vez, sin embargo, la placa de fondo rojo fue reemplazada por el negro de luto que la noticia ameritaba: “Murió Néstor Kirchner”, fue el lacónico mensaje que durante varios minutos permaneció sin audio en pantalla. Inmediatamente, los medios televisivos y radiofónicos nacionales corrieron el foco de la información y pusieron todos los recursos técnicos, humanos y periodísticos a trabajar en la cobertura del fallecimiento del ex mandatario. Las estructuras de emergencia por el feriado paulatinamente fueron reemplazándose por las principales figuras, quienes se hicieron cargo de las transmisiones especiales dedicadas a desarrollar la noticia con un profundo respeto. Algunos, como Canal 7 y CN23, colocaron en sus pantallas un crespón negro en señal de luto. Fue un día en que los intereses y las mezquindades político-mediáticos le cedieron lugar a una tristeza acorde con la magnitud de la figura que Kirchner ocupa en la historia política nacional.

Los canales de aire y de noticias nacionales levantaron sus programaciones previstas y durante toda la jornada transmitieron maratónicos especiales en la que disímiles figuras de la política y la cultura nacionales expresaron su pesar por el fallecimiento de Kirchner. La última emisora de TV abierta en hacerlo fue Canal 9, que recién a las 11 de la mañana decidió poner un especial de Telenueve. A esa hora, el minuto a minuto informaba que la TV, juntando aire y cable, sumaba 60 puntos de rating. Un encendido altísimo para un feriado, que reflejaba el interés por la muerte de quien gobernó el país entre 2003 y 2007. Esa misma expectativa llevó a que TN y El Trece transmitieran en dúplex durante buena parte del día, al igual que América 24 y América. El tratamiento de la muerte del ex presidente se hizo con respeto y cuidado inusual para el parámetro periodístico televisivo actual.

En la radio, la noticia cruzó toda la programación. Tanto en la AM como en la FM, las emisoras levantaron sus programas o, en todo caso, los ciclos dejaron de lado su pauta diaria y secciones habituales para reflejar la conmoción sobre la muerte de Kirchner. El sistema mediático argentino se puso al servicio de una noticia a lo largo de más de 14 horas en continuado como nunca antes lo había hecho. La radio logró diferenciarse de la cobertura televisiva al abrirle el micrófono al pueblo. No dejó de conmover escuchar en las emisoras los mensajes de pena de oyentes de variadas posturas políticas. Una manifestación que a medida que avanzaba la tarde se vio reflejada –aquí sí ya por las cámaras de TV– en la espontánea manifestación de la gente que se acercaba a la Plaza de Mayo con banderas y flores. Allí se destacaba una bandera que llevaba una leyenda que sirvió de síntesis para una jornada que cambió abruptamente el eje de la información: “Millones de lágrimas censadas”, decía.

Las cadenas de noticias de todo el mundo se hicieron eco del fallecimiento. La implicancia política de Kirchner en la región quedó reflejada en el espacio que ayer las cadenas de noticias latinoamericanas le dieron a su muerte. Telesur fue el canal que más espacio le dedicó. Como otras cadenas (CNN en español, Globovisión), retransmitió imágenes de canales abiertos argentinos. Incluso, la CNN Internacional difundió la muerte del “político más influyente de la Argentina de las últimas décadas”. La BBC World y la DeutscheWelle también resaltaron el rol que ocupó el ex presidente en la “recuperación de la economía argentina”.

Hecho político y social de enorme repercusión, el fallecimiento del ex mandatario convirtió ayer a los medios audiovisuales del país en un continuado de voces en las que pudieron expresarse todos los sectores políticos, culturales y económicos, pluralizando el mapa mediático como nunca antes. Extraña paradoja del destino: lo que todavía no pudo la sancionada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que impulsó Kirchner, sí lo pudo hacer el impacto de su muerte.