Homero Aguirre, de 40 años, y Daniel Lazcano, de 24 años, fallecieron ayer mientras trabajaban en la mina Los Reyes, a 65 kilómetros al este de Copiapó, cerca de donde fueron rescatados los 33 mineros. El minero Mauricio Silva, de 21 años, fue internado en el hospital de esa ciudad del norte de Chile con una gravísima lesión ocular. Según fuentes de la gobernación de la región de Atacama, los mineros estaban perforando la mina con dinamita y al parecer una carga explotó antes de lo programado. “Era el primer día de trabajo en esa mina, la acababan de reabrir”, contó a Página/12 el rescatista Miguel Fort, quien llegó al lugar junto el fiscal de turno y un equipo de rescate de Carabineros.

La mina Los Reyes está ubicada en el sector de Quebrada de Puquios, en el camino internacional que une a Atacama con Argentina y tiene sólo 15 metros de profundidad; es un pequeño depósito artesanal al que se llega por un estrecho hoyo de un ancho suficiente para sólo pocos trabajadores. Según informó Fort, la mina fue reabierta por un inversionista chileno, dueño de la empresa Sociedad Legal Compañía Minera Del Sur, dedicada a la pequeña minería de extracción de cobre. Allí trabajan siete personas, un vigilador y seis mineros, de los cuales tres lograron escapar cuando se detonó el explosivo, a las 13.30.

“Los cartuchos de dinamita eran viejos, estaban vencidos, por eso estallaron antes”, aseguró Fort, quien había recomendado hacer el sondaje para enviar ayuda a los 33 mineros que estuvieron atrapados 70 días en la cercana mina San José. Los dos mineros fallecidos eran los encargados de hacer las perforaciones, sus cuerpos quedaron sepultados bajo las rocas y fueron recuperados tras varias horas trabajo. Ambos mineros provenían de la ciudad de Cabildo, a 250 kilómetros al norte de Santiago, una zona agrícola en la que también hay actividad minera a pequeña escala. Anoche, sus cuerpos eran sometidos a los peritajes de la Brigada de Homicidios.

Mauricio Silva fue derivado al hospital regional de Copiapó, en medio de un operativo en el que participaron el personal del Sistema de Atención Médica de Urgencia (SAMU) y rescatistas del cuerpo de bomberos de Diego de Almagro. Según le contó Fort a este diario, “tiene una herida grave en el ojo izquierdo, que probablemente lo pierda, estaba muy cerca de los otros dos y le pegó una piedra; está vivo de milagro”. La mina en cuestión no figuraba como en actividad en los registros oficiales y había sido acondicionada el día anterior para su explotación.

“Hemos sido golpeados con otro accidente minero. Dos unidades van en dirección a la mina”, dijo el director regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) en Atacama, Carlos García, pocas horas después del estallido, cuando se creía que aún estaban con vida los mineros Aguirre y Lazcano. Incluso, en un comunicado que resultó apresurado, la intendenta de Atacama, la oficialista Ximena Matas Quilodrón, atribuyó la explosión prematura “a la mala manipulación de explosivos”. Además de la intendenta, se acercaron a la mina el gobernador de Copiapó, Nicolás Noman, y el secretario regional de Minería de Atacama, Mauricio Pino.

“Sabemos que nuevamente está comprometida la vida e integridad física de nuestros mineros. Hemos de esperar que nuevamente exista la misma celeridad y disposición de recursos para salir airosos de esta nueva tragedia que entristece a nuestra zona”, dijo ayer el diputado opositor Alberto Robles Pantoja, representante de la región de Atacama. “Existe una nefasta realidad en torno de estos accidentes y es misión, responsabilidad y labor de las autoridades actuales de ponerle fin y regularizar las deficientes condiciones de seguridad en la pequeña y parte de la mediana minería para lo cual debe haber presupuesto necesario en el Ministerio de Minería”, reclamó el diputado nacional.

La noticia volvió a conmover a los chilenos, mientras una comisión investigadora conformada en el Parlamento examina las leyes actuales sobre minería. Esta comisión también recaba información sobre lo ocurrido en la mina San José que, al parecer, y como ya declararon algunos de los 33 sobrevivientes, lejos estuvo de ser un accidente.