Sábado, 14 de mayo de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › IRENE HURTIG SOSTUVO QUE EL PEDIDO DE DETENCIóN ES UNA “PERSECUCIóN” DE LOS FISCALES
La hermana de María Marta García Belsunce, que fue acusada por encubrimiento, asegura que no hay pruebas que la incriminen. Dice que en la grabación que usan los fiscales nunca se definió a quién pertenece la voz. Y denunció que se adulteró un peritaje.
Por Raúl Kollmann
“Cuando yo llegué a la casa de Carlos (Carrascosa), María Marta estaba tirada en el piso. La masajista, Beatriz Michelini, y mi esposo, Guillermo (Bártoli) hacían los esfuerzos de reanimación. Carlos tenía el teléfono en la mano. Supongo que llamaba a la ambulancia. Michelini me dice que vaya a buscar a un médico. Salgo corriendo a lo del doctor Zancolli, que no estaba, pero allí está la llamada que le hace la hija a las 19.12 diciéndole que vuelva al country para socorrer a MM. Eso fue lo que hice. Todo en forma desesperada. Acusarme a mí de que tuve algo que ver con la muerte de MM es demencial, siniestro, es una trama diabólica armada por los fiscales para evitar que yo declare en el juicio la semana que viene. Tienen dos ADN de los que mataron a mi hermana. Está probado que no corresponden a nadie de la familia. Esto es una persecución.” Irene Hurtig es un volcán. Dialoga con Página/12 indignada. “Carlos perdió a la mujer de su vida y ¡está preso! Ahora vienen contra mí. Esto es una pesadilla”, reclamó entre llantos.
“La medida que ahora piden los fiscales (Diego Loiterstein y Daniel Márquez) es increíble –argumentó Hurtig–. No hay ninguna prueba nueva. Recurren a una pericia de la Gendarmería de 2007 en la cual se escucha la voz de una mujer cuando Carlos pide la ambulancia. Pero la Gendarmería no puede precisar de quién se trata y, además, no se percibe nada. Está todo cortado y pretenden sacar conclusiones de eso. Yo lo único que sé es que cuando llegué, ya estaban Carlos, Guillermo y la masajista. ¡Hagan una nueva pericia! Pero, lo fundamental es que ahora sacaron esto para impedirme que declare en el juicio.”
“Como siempre, estoy a disposición de la Justicia. Ya hoy (por ayer) se presentó mi abogado en San Isidro y damos la cara. A MM le pegaron, peleó por su vida y se ve que lastimó a los agresores. Ahí está la sangre que encontraron. No es de ninguno de los integrantes de nuestra familia. La persecución contra nosotros es monstruosa. No hay ninguna razón para que me detengan, pero si el juez lo decide será tremendo, pobres mis hijos, mi marido. Yo responsabilizo de esto al fiscal Molina Pico. Su ensañamiento con nosotros impidió que se buscara a los verdaderos culpables. Molina Pico y los dos fiscales que pidieron mi detención no sé cómo harán para dormir a la noche”, completó Hurtig sollozando.
La hermana de MM contó ayer que hace 15 días recibió una llamada anónima, supuestamente de alguien de la Gendarmería, que le dijo que el peritaje de voz fue alterado. Además, la voz masculina le advirtió que usarían la pericia en su contra. Hurtig, acompañada por su abogado, Alejandro Novak, hizo la denuncia judicial en ese momento y aceptó que le intervinieran el teléfono.
La familia García Belsunce, desde el primer día, defiende a Carlos Carrascosa y, obviamente, a Irene y Guillermo Bártoli. Esta defensa incluye a los padres de María Marta, que están seguros de que su yerno no tuvo nada que ver con el crimen. Su versión de los hechos es que MM volvió sorpresivamente a su casa, ya que por la lluvia debió interrumpir un partido de tenis. Al entrar se habría encontrado con gente de la vigilancia del country y tal vez con un par de vecinos sospechados que estaban robando. Eran tiempos del corralito y había corrido la voz de que Carrascosa tenía mucho dinero en la vivienda. Como MM los conocía e incluso los había denunciado por robos anteriores, la mataron.
Carrascosa, la masajista Beatriz Michelini, Irene Hurtig y Bártoli encontraron a MM tirada en la bañadera. Supusieron que se había caído y el golpe en la cabeza le produjo una herida grave. Carrascosa llamó a una ambulancia e hizo llamar a otra, para ver si podían socorrer a su mujer. Como quedó demostrado en la autopsia, los tiros no se veían, no los advirtieron los médicos de las dos ambulancias y tampoco los propios forenses durante la autopsia, hasta que abrieron el cráneo y encontraron los proyectiles. Aun así, por la noche, el hermano de MM, John Hurtig, expuso sus dudas. Eso llevó a que finalmente fueran convocados el propio fiscal del caso, Diego Molina Pico, y el jefe de Investigaciones de San Isidro, Aníbal Degastaldi. Tampoco ellos manifestaron dudas sobre el supuesto accidente y Molina Pico ni siquiera ordenó la autopsia.
El abogado de Carrascosa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Fernando Díaz Canton, explicó ayer por qué los fiscales siguen acusando a la familia: “Tratan de defenderlo a Molina Pico por los gravísimos y decisivos errores que cometió. El fiscal no pidió autopsia, no levantó los rastros y después se encontraron rastros de sangre de dos personas, un hombre y una mujer. MM se defendió e hirió a sus asesinos. El ADN demostró que ninguno era de la familia García Belsunce”.
Es conocido que en San Isidro existe una durísima interna entre los fiscales. De un lado el fiscal general, Julio Novo, muy crítico de la actuación de Molina Pico, y del otro lado un grupo de fiscales que quiere desplazar a Novo. Ese enfrentamiento juega un papel decisivo en el caso García Belsunce.
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