Martes, 7 de junio de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › UN GRUPO DE CAMIONEROS BLOQUEó LA SALIDA DE DOS EMPRESAS, POR UN RECLAMO A LA OBRA SOCIAL
Afectó a trece barrios porteños. Los manifestantes reclaman por la muerte de un trabajador que padecía obesidad mórbida. Acusan a la obra social del gremio por mala atención. Moyano recibió a los familiares y podría levantarse la medida.
Desde Núñez hasta La Boca, pasando por el centro e incluso Puerto Madero, se acumulaba anoche la basura en diversos barrios porteños, como consecuencia del bloqueo a las empresas Cliba y Aesa sostenido por un grupo de camioneros en protesta por la supuesta falta de atención a un afiliado a la obra social del gremio, quien falleció el viernes pasado. Los manifestantes también mantenían cortes de calles en Lugones y Sarmiento y en la avenida Figueroa Alcorta. El Gobierno de la Ciudad pidió a los vecinos no sacar la basura a la calle hasta que la situación se resuelva. El trabajador fallecido padecía obesidad mórbida (pesaba 170 kilos) y el miércoles había sufrido un accidente cerebrovascular. Según sus familiares, “la ambulancia tardó 16 horas en trasladarlo” para una tomografía. El secretario general de la rama Recolección, de Camioneros (alineada con Moyano), refirió las demoras a que “por el peso del paciente se rompió la camilla y por su tamaño hubo que buscar otro tomógrafo”. Moyano sostuvo que “hay un componente político” en la protesta. Anoche recibió a los familaires del fallecido.
El corte había empezado el domingo a las 20.15 en Lugones y Sarmiento, por donde salen los camiones de Cliba y Aesa. Ayer se extendió hasta el cruce de Sarmiento y Figueroa Alcorta. Los barrios afectados por la falta de recolección son Núñez, Belgrano, Villa Crespo, Palermo, Recoleta, Balvanera, Retiro, Constitución, Montserrat, San Nicolás, Puerto Madero, La Boca y San Telmo. El gobierno porteño pidió “a los vecinos de esos barrios que no saquen los residuos”, y dispuso un plan de emergencia para retirar los residuos de hospitales y escuelas.
Mauricio Macri, jefe de Gobierno porteño, afirmó que el reclamo es “legítimo”, pero rechazó “la conflictividad de minorías que afectan el funcionamiento de la mayoría de la población”.
Gustavo Adrián González, que trabajaba como conductor en la empresa Cliba y padecía obesidad mórbida, con 170 kilos, sufrió el miércoles pasado un accidente cerebrovascular (ACV) en su casa de José C. Paz, y fue trasladado al hospital Mercante, de esa localidad. Según los familiares, los médicos pidieron que se efectuara una tomografía, para lo cual requirieron su traslado a un establecimiento de alta complejidad.
Jésica Pereyra, de 27 años, esposa de González, denunció la “excesiva tardanza” de la ambulancia enviada por la Obra Social de Camioneros (Oschoca), a la que pertenecía su marido. Tras “16 horas de espera”, según la mujer, González fue trasladado a la clínica Paredes, de Gregorio de Laferrère. Pero necesitaba un aparato especial de tomografía, que pudiera albergar sus 170 kilos, y en la clínica no había. Pidieron entonces otro traslado, para llevar al paciente a una institución de Vicente López; el vehículo, según la mujer, tardó “13 horas”. Allí se le realizó el estudio. Llevado nuevamente al hospital Mercante de José C. Paz, allí “murió cuando entraba en el quirófano”, según Estela González, hermana del fallecido, quien afirmó que, después, “me llamó la mujer de Hugo Moyano (Liliana Zulet) y me preguntó ‘de qué manera podemos arreglar’”, en referencia a un ofrecimiento económico. “Pero la vida de mi hermano no se puede arreglar con un billete.” González falleció el viernes. “La obra social nunca apareció y el sindicato tampoco”, según la viuda. Estela González aseguró que los médicos entregaron el cuerpo “mutilado, con el cráneo abierto y los sesos afuera”.
El domingo, portando la urna con los restos cremados de González, efectuaron el corte, junto con compañeros de trabajo de González. “Vamos a cortar los puentes y vamos a cortar todo”, aseguró Estela González, hermana de Gustavo. Se sumaron al bloqueo trabajadores de Aesa.
Ayer, Hugo Moyano sostuvo que “más allá de la desgracia de haber perdido un compañero, creo que hay un componente político”, en la protesta. Un representante de la clínica Paredes señaló que González “era un paciente mórbido, de 170 kilos, para los cuales hay muy pocas instituciones que tengan un tomógrafo con capacidad”; agregó que “llegó en situación de gravedad portando un cuadro de accidente vascular hemorrágico, en coma profundo y con edema agudo de pulmón como consecuencia de la hipertensión, un mecanismo que hace explotar las arterias”.
Marcelo Aparicio, secretario de la Rama Recolección del Sindicato de Camioneros, dijo a este diario que “conozco desde hace muchos años al padre del compañero fallecido; él lo llevó en su camioneta al hospital de José C. Paz, lo cargaron entre diez. Después, cuando quisieron llevarlo en una ambulancia, la camilla se rompió por el peso y hubo que esperar otra con equipamiento especial. Ella (por la esposa) salió a manifestar que le habían ofrecido plata, y es mentira. Además, si querían hacer una denuncia por mala praxis no sé por qué cremaron el cuerpo, lo cual impide la autopsia para investigar. Ellos insistieron en el traslado, cuando los médicos habían dicho que era un paciente de riesgo y había que estabilizarlo”.
Anoche los familiares se reunieron con Héctor López, vocero de Hugo Moyano, y luego con el titular de la CGT.
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