Ya son más de 3500 los habitantes de zonas cercanas al volcán Puyehue –en erupción desde el sábado– que optaron por autoevacuarse en casas de amigos y familiares o utilizar los refugios que provee el Estado chileno. “El problema es hasta cuándo va a continuar la actividad, lo que es poco predecible”, afirmó ayer Alfredo Lahsen, vulcanólogo de la Universidad de Chile. La situación, ayer, se agravó con la lluvia.

En 1921, un volcán estuvo casi un año en actividad en el país trasandino. Una situación similar podría tener consecuencias devastadoras, porque implicaría la contaminación de los ríos y lagos que abastecen de agua dulce a la zona. Por este motivo, la atención está puesta sobre el lago Puyehue, cuyas aguas reciben el caudal del río Gol-Gol, que ya está contaminado por las cenizas.

Los pronósticos del servicio meteorológico chileno se adelantaron. Ayer un sistema frontal de vientos y lluvias comenzó a devolver las cenizas a la zona de Los Lagos, en el sur chileno. “Es muy probable que la lluvia provoque aluviones por sedimentos que bajan del cordón volcánico”, comentó anoche a este diario Robert Arellano, corresponsal de la radio Bio-Bio, en la ciudad de Entre Lagos. Según detalló, hay 50 centímetros de cenizas en las calles y el paso internacional Samoré, que une Bariloche y Osorno, quedó cerrado. “Evacuaron a los gendarmes y a los carabineros”, aseguró.

El riesgo de aluviones provocó nuevas evacuaciones en las pequeñas aldeas situadas en la base y las laderas de las montañas. También hubo peleas entre rescatistas y lugareños que no quieren abandonar sus hogares para no dejar a los animales que crían. “Hay un riesgo de que una masa de gas que emana del cordón volcánico afecte a la población de la zona”, insistió ayer el viceministro de Interior, Rodrigo Ubilla, quien determinó que los lugareños que accedieron a dejar sus casas no podrán volver hasta que el gobierno declare que la zona es segura.

El radio de protección, que en este momento es de veinte kilómetros, podría extenderse diez kilómetros si hoy vuelve a llover; mientras tanto, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) mantiene la alerta roja para las localidades de Futrono, Río Bueno y Lago Ranco, en la región de Los Ríos, y de Puyehue, en la región de Los Lagos. “No se detecta presencia de lava, sino de flujos piroclásticos, lo que corresponde sólo a sedimento, agua, barro y hojas que se encuentran en las laderas”, informó ayer el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile.

El movimiento de gente es constante en la zona, aseguró anoche Arellano, quien contó que en Entre Lagos fueron albergadas en un colegio alrededor de 50 personas y otras 150 buscaron refugio en casa amigos o familiares. “Todavía no están los resultados de los exámenes de agua que se hacen en Santiago, pero ya se ve en el lago Puyehue el serpenteo de cenizas”, agregó.