¿Dónde mejor custodiado el producto de un asalto a un banco que en el propio banco asaltado? Ese fue al parecer el razonamiento de los miembros de la banda que a principios de año robó la sucursal Belgrano del Banco Provincia de Buenos Aires, en la Capital Federal. Contactos no les faltaban: uno de los ahora prófugos había sido cajero allí entre 1983 y 1993. Y su hermana seguía siendo empleada administrativa. Hasta que los investigadores descubrieron que en una caja de seguridad a nombre de ella estaba el rastreador satelital que guió la tarea de los boqueteros. Desde entonces está presa. Ahora, en otras cajas, también de su propiedad, aparecieron casi 500 mil pesos y un kilo de joyas.

Por este hecho están detenidas seis personas desde marzo pasado: la mujer y otros cinco hombres. Tres continúan prófugos: uno de ellos es su hermano, el ex cajero. La mujer fue señalada como la entregadora en el atraco, ya que contaba con datos precisos de la entidad y conocía sus instalaciones.

La cantidad de dinero encontrada asciende a casi 500 mil pesos y fue hallada en una caja de seguridad del propio banco asaltado, situado en la avenida Cabildo 1999, y en otra de la casa central de la misma entidad, situada en San Martín al 100. Entre los valores encontrados fue hallada gran cantidad de joyas y alhajas. También había certificados de depósitos de Brasil y Miami.

Los elementos fueron encontrados por detectives de la División Defraudaciones y Estafas de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal durante allanamientos realizados en las sucursales bancarias, ordenados por la jueza de instrucción María Gabriela Lanz.

El dinero y las joyas fueron encontrados luego de que se descubriera que una de las personas detenidas en marzo por el robo es una mujer que trabajó hasta el pasado mes de enero en la sucursal asaltada. Se trata de una empleada “de alto rango”, de unos 55 años, cuyo hermano se encuentra prófugo por la misma causa, acusado de ser uno de los integrantes de la banda de delincuentes que saqueó las cajas de seguridad.

Los investigadores descubrieron que la mujer había realizado una operación en una caja de seguridad los días posteriores al robo, al igual que en un compartimiento de la casa central. Ante las sospechas, los detectives realizaron una pesquisa en la que descubrieron que la mujer habría sido quien aportó datos fundamentales para que la organización pudiera concretar el asalto.

Tras realizar los allanamientos, los policías descubrieron que los movimientos que el pasado mes de enero había hecho la mujer en sus cajas de seguridad se debían a que había aprovechado para esconder parte del botín obtenido por los delincuentes días antes.