Los incendios afectaron a 22 vagones, en cuatro estaciones distintas, en un lapso de 35 minutos.
Imagen: DyN.

La ministra de Seguridad, Nilda Garré, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, confirmaron las sospechas: tanto el descarrilamiento de una formación del ferrocarril Sarmiento como el incendio de trenes y el ataque a tres estaciones de esa línea, ocurridos el 2 de mayo último, fueron “cuidadosamente planeados”, según se desprende de la investigación judicial, que culminó con el procesamiento y la prisión preventiva de los dos únicos imputados, por el delito de “asociación ilícita”. La propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió al tema, en alusión a los medios de comunicación y a dirigentes opositores que, el día en que ocurrió el hecho, los justificaron al atribuirlos a protestas de usuarios. “Los argentinos debemos ponernos de acuerdo, abroquelarnos en que determinadas actitudes nunca pueden ser justificadas”, dijo (ver nota aparte).

“Son cosas que no debemos justificar desde ningún punto de vista –enfatizó la Presidenta–. Cuando estas cosas suceden deben ser condenadas por el conjunto de la sociedad, sin ningún tipo de dudas ni vacilaciones.”

Garré y Schiavi habían dado previamente una conferencia en la que aportaron datos de la investigación realizada por el juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, que ya había procesado a los detenidos por estrago doloso y por interrupción de medios de transporte terrestre. Los funcionarios confirmaron que los disturbios que ocasionaron la destrucción de 22 vagones de ferrocarriles –con un perjuicio contra el Estado de 45 millones de pesos– fueron ocasionados deliberadamente por un grupo de personas que actuó en forma concertada para cometer los ataques en las estaciones de Haedo, Ramos Mejía, Ciudadela y Liniers.

“La seria y pormenorizada investigación realizada por el juez permite descifrar un sabotaje a las vías del ferrocarril mediante la sustracción de elementos de fijación para provocar los descarrilamientos que originaron la suspensión del servicio en hora pico aquel día”, dijo Garré. Schiavi agregó que “esto fue un atentado contra los usuarios y contra el Estado”.

El descarrilamiento de la formación de TBA que iba de Once a Moreno se produjo a las 6.37 del 2 de mayo, a la altura de la calle Terrada, en Flores. Según descubrieron los investigadores, cuatro bulones que sujetan los rieles habían sido removidos en forma intencional, lo que provocó el descarrilamiento de la formación y la posterior interrupción del servicio,

Los funcionarios relataron que en la zona en la que se produjo el descarrilamiento fueron identificadas personas en un ómnibus que podrían haber sido responsables del sabotaje a las vías o al menos de la inteligencia requerida para realizarlo. Además, el informe de las pericias químicas descubrió que los incendios fueron iniciados y avivados con hidrocarburos (nafta o kerosene) por parte de un grupo organizado de personas, entre los que se encontraban los dos detenidos. “Este tipo de daños no es algo que se pueda realizar con facilidad”, señaló Garré.

“Se rompió todo el sistema de cableado y de video”, dijo Schiavi, quien precisó que el descarrilamiento se realizó “en un lugar estratégico, elegido para causar el máximo daño y las mayores complicaciones a los usuarios”.

El fallo judicial expresa que “los hechos de marras han sido cuidadosamente planeados con anterioridad y se arbitraron debidamente los medios necesarios como para iniciar focos ígneos, ya que es sabido que se encuentra totalmente prohibido trasladar en medios masivos de transportes sustancias combustibles”.

“No puede explicarse en qué forma fue que se encontraron los hidrocarburos en el lugar, dejando solamente latente la posibilidad de que aquéllos fueran estratégicamente colocados”, concluye el juez, en un dictamen emitido el martes último. Mediante la resolución, fueron procesados con prisión preventiva Víctor Damián Martínez y Allan Darío Skrobacki, hasta ahora los dos únicos detenidos en la causa. En su contra obraron sus propios datos personales: ni los domicilios que aportaron ni el lugar donde trabajan permiten justificar su presencia en las inmediaciones de las vías, en Liniers y Ciudadela, a esa hora de la mañana.

Los incendios comenzaron a registrarse a partir de las 8.40, en Haedo, donde quemaron cuatro vagones. Cinco minutos después ardieron otros cuatro coches estacionados en la estación Ramos Mejía; entre las 9 y 9.05 prendieron fuego tres vagones parados en Ciudadela; a las 9.20 se incendiaron otros dos vagones de un tren vacío, sin pasajeros, que se había detenido a la altura de la avenida General Paz, en Liniers. Previamente, habían sido inutilizadas las cámaras de seguridad y una casilla desde donde se monitorean las imágenes obtenidas.

Tantos elementos hicieron sospechar a los funcionarios del Gobierno y a la empresa TBA que todo había sido organizado, descartando rápidamente la primera versión del accidente y la posterior acción de pasajeros indignados. Esta semana, la investigación judicial confirmó las sospechas.