Viernes, 5 de agosto de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › LA CUSTODIA EN LOS ESTADIOS DE FUTBOL ESTARA A CARGO DE VIGILANCIA PRIVADA
Los cambios entran en vigencia desde mañana, para los partidos de Primera División en la Ciudad. Los titulares de las comisarías no estarán más al frente de los operativos. La Federal se hará cargo de la seguridad afuera de la cancha.
Los policías que, estoicos, se apostaban junto al campo de juego mirando hacia la tribuna y sin ver el partido, serán reemplazados por agentes de seguridad privada. El cambio forma parte de las modificaciones que el Ministerio de Seguridad de la Nación estableció para la seguridad en los partidos de fútbol de Primera División en la ciudad de Buenos Aires. Por lo pronto, la conducción de cada operativo, que hasta ahora se confiaba al comisario de la seccional correspondiente, pasa a la Dirección General de Operaciones de la Federal. Y la seguridad en el interior de los estadios quedará básicamente a cargo de los propios clubes, con empresas que ellos contraten; las fuerzas policiales especializadas –Infantería, Antimotines, Bomberos– seguirán estando presentes, de acuerdo con el riesgo previsto para cada encuentro. De modo similar, los cacheos previos también quedarán a cargo de seguridad privada, pero con respaldo policial para prevenir o intervenir en incidentes. El esquema comenzará a aplicarse mañana, en el partido All Boys-Belgrano.
“Hasta ahora, el jefe del dispositivo de seguridad era en cada caso el comisario de la seccional correspondiente a la cancha. De aquí en más, los operativos estarán a cargo de la Dirección General de Operaciones de la Policía Federal –precisó Ileana Arduino, secretaria de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad de la Nación, en diálogo con este diario–. Esto implica elevar la jerarquía del conductor de cada operativo, que así se ubica en el mismo nivel que la Dirección General de Comisarías. Y así se propicia que los responsables de las comisarías se concentren en la seguridad de las jurisdicciones a su cargo.” Además, evaluó que la medida contribuirá a evitar sospechas de connivencia de jefes policiales con barrabravas.
“Este ordenamiento –continuó la funcionaria– destaca la corresponsabilidad de los clubes en tareas que pueden quedar a cargo de servicios de seguridad privada. El servicio policial se ofrece para funciones que requieren mayor grado de especialización y complejidad, como las de la policía montada, la Guardia de Infantería, los bomberos, los efectivos antimotines.”
“La regla es asegurar el servicio policial en el exterior del estadio: hacia adentro, la policía actuará en cooperación y coordinación con los servicios de seguridad privada: así sucede ya en otros espectáculos masivos como los recitales. Internacionalmente, las reglas de la FIFA establecen la responsabilidad de los clubes por la seguridad en su interior. En la Argentina, hasta ahora, se tendía a contratar servicios adicionales de la policía para todas las gestiones”, agregó Arduino, y destacó que “la seguridad puertas adentro no debiera ser en principio policial: queremos ir generando un modelo que reserve y optimice el uso de la policía para los espacios públicos”.
En el exterior del estadio se disciernen “dos grandes zonas: la de adyacencias de hecho corresponde al barrio y por eso, ésta sí, seguirá a cargo de la comisaría respectiva: abarca el área hasta donde se puede acceder con vehículos. Luego se ingresa en los distintos niveles del dispositivo de seguridad propiamente dicho”, señaló Arduino.
En este dispositivo, “se pueden definir dos grandes anillos: en cada uno de ellos se establecen responsabilidades diferenciadas para la policía y la seguridad privada del club. En el ámbito del campo de juego, como bajo las tribunas y en las instalaciones del interior de los clubes, la responsabilidad es del servicio de seguridad privada, con excepción de la custodia de los vestuarios, tanto el de árbitros como los de los equipos, que sigue a cargo de la policía. Luego, hacia el exterior, va aumentando la presencia policial”, explicó la funcionaria de Seguridad.
–¿Y en caso de que se produjeran disturbios en una tribuna?–preguntó Página/12.
–Se contará con apoyo de las divisiones de Infantería o Antimotines, cuya cantidad de efectivos se definirá en función de indicadores de riesgo establecidos previamente para cada partido. Es un modelo combinado: la presencia disuasiva de la seguridad privada en primera línea cuenta con el apoyo de estructuras policiales, si fuera necesario –contestó la funcionaria–. Del mismo modo, los cacheos pueden quedar a cargo de la seguridad privada, como sucede en los recitales, pero en los lugares de cacheo habrá supervisión policial por si alguna situación se desbordara.
–Los policías de custodia alrededor del campo de juego mirando hacia la tribuna, ¿serán reemplazados por seguridad privada?
–Efectivamente –contestó Arduino.
El reordenamiento es el primer fruto del grupo de trabajo que, en el ámbito del Ministerio de Seguridad, procura establecer un protocolo integral para la seguridad en el fútbol: este incluirá, por ejemplo, “definir claramente los criterios en los que los partidos deben ser suspendidos, cuando bajo ningún concepto pueden continuar”, comentó Arduino.
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