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“No me arrepiento de nada, me hicieron una cama espectacular”, intentó defenderse Horacio Conzi, al salir ayer desde la delegación Mar del Plata de la Policía Federal, rumbo a Buenos Aires, con las manos esposadas y un chaleco antibalas. Anoche durmió en la DDI de Vicente López, custodiado por efectivos del Grupo Halcón, y hoy será indagado por los fiscales de San Isidro, Mario Kohan y Hernán Collantes, quienes le imputan el asesinato del joven Marcos Schenone, ocurrido hace dos meses. El empresario –detenido el viernes luego de permanecer 57 días prófugo– cambió su discurso místico por un lenguaje más terrenal: “Si no fuera inocente, no hubiese entregado el arma y la camioneta”, argumentó, admitiendo que podría haber hecho desaparecer las pruebas del delito.
A las 7.55 Conzi entró con un chaleco antibalas a un Peugeot 405 de la Policía Federal que, en medio de un gran operativo de seguridad, lo llevó en tres horas y media desde Mar del Plata hasta el cuerpo de Medicina Legal de la Policía Científica, en Azopardo 670. Diez minutos después salió hacia la Subdelegación de Investigaciones (DDI) de Vicente López, en Maipú al 700, donde quedó incomunicado en una celda individual, custodiada por agentes del Grupo Halcón.
Hoy los fiscales de San Isidro le leerán a Conzi un cuestionario de 50 preguntas para que responda sobre el crimen de Schenone, el joven de 23 años asesinado hace dos meses de tres balazos que, según las pruebas reunidas, realizó el dueño del restaurante Dallas desde su camioneta Cherokee, en la localidad de Beccar.
Conzi había pasado dos noches detenido en Mar del Plata luego de que el viernes a las 20.30 efectivos de la SIDE y la Policía Federal lo detuvieran cerca del departamento que había alquilado por 1000 pesos en Alberti 67. Allí vivía junto a una mujer que lo ayudaba haciendo las compras y se encargaba de las comunicaciones vía Internet. En el allanamiento realizado a las 18.30 del sábado, sólo se encontró comida, una peluca rubia, ropa masculina y femenina, dos documentos falsos y una computadora. Llamó la atención de los investigadores la ausencia de dinero o tarjetas de crédito, lo que llevó a pensar que entre la detención y el allanamiento alguien podría haber limpiado el departamento. Sin embargo, el jefe de la Delegación Mar del Plata de la Policía Federal, comisario Fernando Fernández aseguró ayer a Página/12 que “nadie entró al departamento” ya que hasta que llegó la policía provincial –a cargo del allanamiento–, “siempre hubo una custodia en la puerta”.
Uno de los policías que participó del allanamiento dijo que Conzi tuvo “un importante apoyo de terceros que le compraban hasta lo mínimo indispensable” mientras que su hermano, Hugo Conzi (que podría ser imputado por estragos y tenencia de explosivos por un posible autoatentado cometido el 29 de enero) lo desmintió: “Si Horacio hubiese tenido poder, como se especula, hubiera mandado a alguien que le hiciera las compras y que le lavara la ropa”, afirmó.
El abogado de la familia Schenone, Marcelo Adámoli, manifestó ayer que “hubo negligencia” en la búsqueda de Conzi. “Hay que revisar la tarea de los organismos de seguridad del Estado para comprender cómo este hombre estuvo casi 60 días manejándose con impunidad”, agregó. Y descartó que Conzi pueda ser declarado inimputable “porque comprendió la criminalidad del acto que cometió y dirigió claramente sus acciones”.
Por su parte, el defensor del imputado, Fernando Burlando, adelantó que Conzi declarará hoy ante los fiscales de San Isidro y que su estrategia no pasa por demostrar “la inimputabilidad sino su inocencia”.
Durante su detención en Mar del Plata, Conzi tuvo la compañía de una Biblia y dos rosarios, que el sábado por la tarde le alcanzaron sus abogados. El empresario se negó a declarar en una causa iniciada por falsificación de documentos por la Justicia Federal local. Según una fuente policial, Conzi estuvo “muy tranquilo en todo momento, inclusive durante el viaje a la Capital”. Hoy a las 7.30, Kohan y Collantes interrogarán a Conzi por los delitos de “homicidio simple en concurso con cuatro tentativas de homicidio”, que tienen una pena de hasta 25 años de cárcel. Una fuente judicial informó que también podría ser imputado Roberto Halbinger, el amigo que habría llevado al empresario a Mar del Plata después del crimen y que según mostró el sistema de rastreos de llamados VAIC –con el que se descubrió dónde estaba el acusado– habría estado junto a Conzi cuando disparó contra el remise en el que viajaba Schenone.
La mira de los fiscales también está sobre el socio de Conzi en el complejo Dallas, Antonio Papasidero. “Tony”, (quien habría sido uno de los que planeó la fuga y se adjudicaba conexiones con Oscar Rodríguez, el segundo de la SIDE) podría ser imputado por “encubrimiento agravado”.