En la ciudad de México lograron eliminar las muertes de mujeres por abortos en los últimos cuatro años, tras la aprobación de la interrupción legal del embarazo (ILE) y su implementación en servicios de hospitales y clínicas públicas. La tasa de reincidencia de abortos es bajísima: menos del uno por ciento, de acuerdo con las estadísticas oficiales, que también revelan que ocho de cada diez mujeres que se somete a una ILE optan por un método anticonceptivo al término de la atención. Los datos fueron revelados por el secretario de Salud del Gobierno del Distrito Federal mexicano, Armando Ahued, en la apertura de la IV Reunión de investigación sobre embarazo no deseado y aborto inseguro, que lo tuvo de anfitrión. Se trata del congreso más importante sobre la temática previsto para este año en América latina. La cantidad de inscriptos en el encuentro superó las expectativas de los organizadores: asistieron medio millar de participantes, entre investigadores, proveedores de servicios e integrantes de ONG que promueven el derecho al aborto, de 22 países, entre ellos Argentina. Página/12 fue el único medio argentino invitado.

Los abortos clandestinos e inseguros siguen representando un alto riesgo para la salud y la vida de las mujeres en la región. Estimaciones de la Organización Pa-namericana de la Salud calculan en 4,2 millones, el número de abortos inseguros cada año, indicó el paquistaní Iqbal Shah, quien hasta hace muy poco se desempeñó en el Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la Organización Mundial de la Salud. En la Argentina es la principal causa de mortalidad materna desde hace 30 años. “Se siguen perdiendo vidas por abortos inseguros. Evitar esas muertes es un imperativo de derechos humanos”, resumió Shah. La instalación del problema del aborto en la agenda de los derechos humanos es uno de aspectos señalados como avance en la región. Durante el congreso se destacó el dictamen emitido por el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas hace pocos meses contra el Estado argentino, en el caso de la joven bonaerense LMR, a quien se le negó el derecho a interrumpir un embarazo producto de una violación. El CDH sentó así jurisprudencia sobre la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en relación con los casos de abortos no punibles, al dictaminar que su obstrucción constituye una violación de derechos humanos.

El congreso fue organizado por el Population Council-México, una ONG internacional dedicada a mejorar el acceso a la salud reproductiva en el mundo. Y contó con el auspicio de entidades como la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog), el Instituto Nacional de Salud Pública de México y la Secretaría de Salud del DF, entre una veintena de entidades. El nivel de los auspicios habla de la importancia del evento y de que el problema del aborto no es ya sólo un asunto del movimiento de mujeres, un proceso que se observa claramente en la Argentina, donde organismos de derechos humanos como el CELS, entidades de la sociedad civil y universidades públicas han expresado su apoyo a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y está previsto por primera vez en la historia que se empiece a discutir en una comisión de la Cámara de Diputados, la de Legislación Penal, un proyecto que plantea la despenalización en las primeras 12 semanas de gestación, en línea con la reforma mexicana (ver aparte).

Salida del closet

La IV Reunión tuvo lugar en un elegante hotel ubicado en el Paseo de la Reforma, con vista al famoso Angel de la Independencia, a sólo dos cuadras del edificio de la Bolsa. La primera Reunión de Investigadores se realizó diez años atrás en Cuernavaca, capital del estado mexicano de Morelos, a 85 kilómetros al sur de esta ciudad y tuvo menos de cien participantes. Por entonces, el tema del aborto todavía no había salido del “closet” en México ni en la mayoría de los países de la región. La gran convocatoria de este año marca un cambio notable de cómo el problema del aborto inseguro y la necesidad de ampliar las legislaciones para garantizar una práctica segura se fue instalando en la escena pública en diversos países de Latinoamérica. Pero no es la única expresión de un cambio de escenario en la región, aunque los grupos conservadores sigan batallando para restringir los marcos normativos y el derecho de las mujeres a decidir. “No hemos hecho progresos tan importantes en el sentido de que más mujeres tengan acceso a abortos seguros. Lo que ha cambiado es la actitud frente al aborto”, señaló el tocoginecólogo chileno radicado en Brasil Aníbal Faúndes en el panel inaugural. Referente indiscutido del tema en Latinoamérica, Faúndes contó que hace ocho años en el Congreso Mundial de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), que se realizó en Santiago, Chile, a pedido de los médicos anfitriones se prohibió usar la palabra aborto en el programa del evento. En el Congreso Chileno de Ginecología y Obstetricia que se realiza en pocos días, del 13 al 15 de noviembre en Viña del Mar, “va a haber una sesión especial sobre aborto donde fui invitado a hablar junto con dos parlamentarios”, agregó. En Chile, uno de los cinco países de Latinoamérica en los que está prohibida la interrupción de embarazo incluso para salvar la vida de la mujer (los otros son Nicaragua, República Dominicana, Honduras y El Salvador), a comienzos de septiembre, la Comisión de Salud del Senado aprobó la idea de legislar sobre el aborto terapéutico, que fue legal en el país hasta 1989, cuando fue derogado durante la dictadura militar. “La mirada sobre el aborto está cambiando notablemente”, señaló luego Faúndes en diálogo con Página/12. Hace una década, abundó, la FIGO llegó a hacer “una declaración sobre mortalidad materna en la que se ignoró el impacto de aborto inseguro, pero desde hace cinco años tenemos un grupo de trabajo para la Prevención del Aborto Inseguro”. Faúndes es autor del libro El drama del aborto, de reciente edición en el país (Paidós).

Cuando el aborto es legal

En el congreso se comentó con beneplácito el reciente rechazo por parte de la Comisión Primera del Senado de Colombia a la iniciativa de legisladores conservadores que pretendían penalizar de nuevo el aborto y dar marcha atrás con la sentencia C355 de la Corte Constitucional que amplió las causales de no punibilidad en 2006, cuando la vida o la salud de la mujer corre riesgo, cuando el feto presenta malformaciones incompatibles con la vida extrauterina o cuando el embarazo es producto de una violación. Cuba, Puerto Rico, Guyana, Barbados y el Distrito Federal en México son los únicos territorios de la región que tienen despenalizado el aborto.

La reforma en el DF fue sancionada en 2007 y ubicó a esta ciudad como líder en Latinoamérica en políticas sanitarias para garantizar la interrupción legal de embarazo (ILE), con resultados muy auspiciosos en salud pública. Se legalizó el aborto en las primeras 12 semanas de gestación. Más allá de ese plazo, no es punible si el embarazo es resultado de una violación, si pone en riesgo la salud o la vida de la mujer o si el feto presenta malformaciones genéticas o congénitas graves. El proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto de la Argentina es similar a la legislación de la ciudad de México.

El secretario de Salud local, Armando Ahued, presentó en la inauguración del congreso las últimas estadísticas oficiales vinculadas con la aplicación de la ley de ILE. Hasta 2007, dijo Ahued, “todo el mundo sabía que sólo tenían acceso al aborto seguro las mujeres que tenían dinero. ¿Qué pasaba con la gran mayoría que no tenían recursos? Iban a la clandestinidad, a pseudomédicos, y muchas morían o llegaban con cuadros gravísimos a los hospitales. Hace cuatro años y medio se acabó esta situación. No ha habido ni una muerte más por aborto inseguro en el clandestinaje”, subrayó el funcionario del gobierno del DF que encabeza Marcelo Ebrard, del Partido de la Revolución Democrática (izquierda), en las antípodas del pensamiento del presidente Felipe Calderón, quien está alineado con los grupos más conservadores en relación con el aborto y pretende incorporar una disposición constitucional que proteja a la vida desde el momento de la concepción como existe ya en ocho países de la región, como Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela y en 17 estados mexicanos. “Es una estrategia que está siendo promovida por los sectores conservadores y las jerarquías eclesiales, para limitar la despenalización o introducir cambios en la legislación para retroceder en algunos aspectos de la salud reproductiva, como el uso de anticonceptivos, la fertilización in vitro, entre otros”, describió Sergia Galván, del Colectivo Mujer y Salud de República Dominicana en su conferencia magistral.

La reducción de la mortalidad materna por aborto (hubo sólo una muerte causada como consecuencia de un aborto que no se hizo dentro de los plazos previstos en la ley), una tasa bajísima de reincidencia –que aunque es corto el tiempo de evaluación muestra una tendencia auspiciosa– y una alta aceptación de uso de anticonceptivos son parte del primer balance de cuatro años y medio de realización de ILE en hospitales públicos de esta ciudad. La ILE se realiza en la amplia mayoría de casos con medicamentos –se usa el misoprostol y se acaba de aprobar otra droga, la famosa mifepristona o píldora abortiva, que mejorará el procedimiento–. En nueve hospitales y dos clínicas del sistema público se proveen las píldoras a las mujeres y se les indica cómo utilizarlas, y luego de la ILE –que la lleva a cabo cada mujer en su casa– se completa la atención con consejería en anticoncepción. Hasta el momento, 72 mil mujeres han recurrido a la ILE en el sector público y más de 50 mil en centros privados, indicó Ahued. El 75 por ciento vivía en el DF y el resto llegó a la ciudad desde otros estados del país. Esta ciudad es la única de México donde el aborto es legal. La Secretaría de Salud tiene un call center para brindar información. Hay ONG que se dedican a acompañar a las mujeres que llegan a la capital para abortar. No son los únicos datos que se comentaron del impacto de la ley. Marta Lamas, antropóloga, profesora investigadora en el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM, dio otra visión, al presentar los resultados de sus observaciones durante seis meses en una clínica que brinda el servicio de interrupción legal de embarazo.: “La legalización lima el estigma. Las mujeres pasaron de pensar el aborto como un crimen a pensarlo como derecho”, destacó Lamas, reconocida activista feminista.