Miércoles, 23 de noviembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › RECONOCEN LA HERRAMIENTA COMO PROPIEDAD DE ADALBERTO CUELLO
Compañeros de trabajo del único detenido por la muerte de Tomás Dameno en Lincoln sostuvieron que la pala supuestamente usada en el asesinato le pertenecía. Ahora será peritada para descubrir eventuales huellas. La declaración de Cuello.
La pala secuestrada en la investigación por el crimen del pequeño Tomás Dameno podría ser el arma que se usó para matarlo. Compañeros de trabajo de Adalberto Cuello, ex pareja de la madre del niño y principal sospechoso, la reconocieron ante los investigadores como propiedad del albañil imputado. Tras enseñar el objeto hallado el fin de semana pasado junto con la mochila y el delantal escolar de Tomás, señalaron los investigadores, colegas de Cuello afirmaron a los investigadores que le pertenecía. Al mismo tiempo, trascendió que el sábado pasado, durante la declaración indagatoria, Cuello aseguró al fiscal Ochaizpuro haber estado “muy preocupado” por la desaparición de Tomás, con quien tenía un vínculo “espectacular” hasta el momento de mudarse de Timote a Lincoln.
Fuentes judiciales confimaron que la pala sometida a reconocimiento fue la misma hallada el fin de semana en el autódromo municipal, donde los investigadores también habían dado con la mochila de los Power Rangers y el guardapolvo escolar de Tomás. En la hipótesis de los pesquisas, la pala podría haber sido el arma homicida.
Sin embargo, la confirmación está supeditada a los peritajes, que se realizarán en la ciudad de La Plata, para determinar si en esa herramienta hay rastros de sangre o alguna otra evidencia de la víctima, además de huellas y ADN del sospechoso. La autopsia había determinado que Tomás fue asesinado a golpes con un objeto duro y romo que le provocó fractura de cráneo, por lo que los investigadores creen que el asesinato pudo haber sido cometido usando el mango de la pala para golpear al niño.
Al mismo tiempo que continúan las pericias, trascendieron fragmentos de la declaración que Cuello, acusado de “homicidio agravado por ensañamiento y alevosía”, prestó el sábado pasado ante el fiscal Javier Ochaizpuro. En ella, el acusado aseguró que “siempre estuvo muy preocupado por la desaparición de Tomás”, y dio su versión de las horas clave en su desaparición y el posterior hallazgo del cadáver, aun en contra del consejo de su abogado, “quien sugiere se abstenga de declarar”.
El día que desapareció el niño, declaró Cuello, él estuvo en su casa entre las 12 del mediodía y las 2 de la tarde. Sólo un poco después supo “de lo de Tomy”, cuando la madre del chico lo llamó. Cuello recordó que ese día se había levantado alrededor de las 11 de la mañana, luego su novia María Inés Márquez lo llevó “a la casa de un amigo y luego volvió cerca de las 12 a su domicilio. Se acostó unos 15 minutos y se levantó, preparó la máquina de sacar agua de la pileta pero no lo hizo”. Poco después, “a la hora 12.45 aproximadamente, colgó una foto en Facebook y más tarde otra foto en el mismo lugar”. Aunque en la versión de Cuello ella habría ido a la escuela donde trabaja después de dejarlo a él, Márquez el lunes había asegurado al fiscal que no había estado ese día con el imputado.
En la declaración, el acusado dijo que “más tarde, cuando vinieron sus tíos del cementerio, se enteró de la noticia de que Tomy no había llegado” a su casa luego de salir de la escuela. Por eso llamó “dos veces a Leonor”, madre de Tomás y ex pareja de Cuello, que “le comentó lo de su hijo”. Poco después, recordó, “Leonor y la policía llegaron a su domicilio y le tomaron sus datos personales”. El preguntó a su ex pareja si quería que “ayudara a buscar a Tomás”, pero ella “contestó que no”, por lo que “él se quedó en su casa”. Media hora más tarde, un móvil policial llegó a la casa y trasladó a Cuello a la comisaría para que declarara. Permaneció allí hasta las 22 y regresó a su casa.
El acusado aseveró que la relación que mantenía con Tomás era “espectacular” y que “nunca le comentó a nadie que quería secuestrar a Tomás para hacerle pagar a Leonor por no dejarle ver a su hijo Juan Martín”. En realidad, aclaró Cuello, lo que “alguna vez dijo (fue) que el día que tuviera dinero se llevaría a Juan Martín y eso le dolería a Leonor, pero no se refería a Tomás”.
Tal como lo habían señalado testigos, Cuello reconoció que el viernes anterior a la desaparición había socorrido a Tomás y su primo Santiago cuando un grupo de chicos más grandes pretendía pegarles. Sin embargo, fuentes judiciales señalaron que resultó confusa la explicación acerca de por qué se encontraba en las inmediaciones del colegio. En un primer momento, dijo que “a esa hora cerca de su casa no hay nada abierto para comprar leche, y menos para jugar a la quiniela”. Luego, que el almacén cercano a su casa “vende caro”, no como el supermercado cercano al colegio al que concurría Tomás. Poco después, aseguró que “estaba cerca del colegio porque fue a comprar leche para su hijo Juan Martín que tiene con Leonor y a jugar un número de quiniela”.
Cuello, quien insiste en su inocencia, negó haber estado los martes y miércoles críticos en el crimen de Tomás “por la zona del camino real a Bayauca donde apareciera” el cuerpo del chico.
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