Habían instalado la grúa en la quinta de la madre de un amigo, en Moreno, y el equipo correspondiente. Sin embargo, algún cálculo falló y dos jóvenes intrépidos que querían lograr un salto bungee terminaron muertos el sábado pasado. Según se cree, estaban atados de una misma cuerda y fallecieron por el choque de sus cabezas en el aire.

Marcelo Martínez, de 25 años, y Alexis Sebastián Papayani, de 27, habían trasladado la grúa a primera hora del sábado hasta la casa quinta de la calle Alvarez Thomas al 3100, esquina Rubén Darío. El hijo del matrimonio dueño de la casaquinta, contaron sus amigos, planeaba concretar un emprendimiento relacionado con el bungee jumping e invitó al lugar a unos diez allegados para probar los elementos previstos para la actividad de deporte extremo.

Martínez y Papayani colocaron una estructura inflable al pie de la grúa, con el objetivo de amortiguar el golpe, en caso de que sus cuerpos tocaran el suelo. Ninguno de ellos tenía habilitación para realizar el salto al vacío, dijeron fuentes policiales. De todos modos, lo estaban haciendo de manera privada, sin explotación comercial, y pensaron que las medidas de seguridad que habían tomado serían suficientes.

Lo que no tuvieron en cuenta fue que el peligro podía estar en el propio compañero. Según la principal hipótesis, Martínez y Papayani se arrojaron atados por el tobillo con la misma cuerda y en la caída chocaron sus cabezas, lo que les habría provocado la muerte.

Cuando la policía arribó a la casaquinta, se encontró con el cuerpo de una de las víctimas, que había fallecido en el acto. En tanto su compañero de salto perdió la vida mientras era trasladado de urgencia al hospital de Moreno.

Un vecino manifestó a la prensa que, en el mediodía del sábado, comenzaron a llegar autos a la casaquinta y durante “toda la tarde se escucharon gritos. Cuando saltaban, parecía que se divertían, pero después nos dimos cuenta de que algo había pasado por el movimiento de ambulancias y porque llegó la Policía Científica a la casa”.

El bungee jumping es un deporte extremo en el que quienes lo practican se arrojan de gran altura, como desde altos puentes, para rebotar en el vacío amarrados con una soga elástica desde los tobillos que permite, primero, caer de manera acelerada y, luego, amortiguar la caída para rebotar en el aire de manera repetida.

La causa está a cargo del fiscal de Moreno Mariano Navarro, quien aguarda los resultados de la autopsia que se realizó ayer por la tarde a los dos cuerpos para constatar la mecánica de la muerte.