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El 47 por ciento de casas con computadoras hogareñas en Argentina –datos que arroja el censo de 2010– representa apenas un aspecto sobre la posibilidad del acortamiento de la brecha digital y la del crecimiento económico. Es difícil medir cuál es el impacto en estos 3.653.823 nuevos hogares que accedieron a una computadora en este período censal, si no se tienen en cuenta otros datos complementarios que hablan sobre los consumos de los ciudadanos. También es difícil medirlo en relación con otros países de la región, puesto que resultaría evidente que en diez años –con al menos siete de crecimiento sostenido– Argentina debería tener más computadoras en casa por la inercia propia de la revolución digital, que ha cambiado la forma en que las personas se relacionan con el mundo. Cuando se realizó el censo, los proyectos de Argentina Conectada y el plan Conectar Igualdad para las escuelas secundarias eran recién incipientes. Se observaba un crecimiento fuerte en el porcentual de acortamiento de la brecha en barrios como Boedo, en Capital, y en Tigre, en la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, algunos indicadores de consultoras privadas sobre usos y consumos en relación con Internet, las redes sociales y el uso de medios electrónicos sirven para comprender el impacto del crecimiento en materia tecnológica. Pero hay otro problema a resolver y es que el concepto de “computadora en el hogar” también es bastante difuso, sobre todo después de la explosión de la telefonía celular inteligente, que representa un nuevo tipo de computadora “de hogar”. Los números entregados por el censo en materia de telefonía celular son todavía más altos, con provincias sureñas en donde los porcentuales pasan el 90 por ciento de penetración. Y si bien la información censual no disgrega “telefonía móvil” de “móvil inteligente” cabe recordar que –más allá de los altísimos costos y de lo mal regulados que están los servicios de datos para móviles– el crecimiento de los teléfonos inteligentes y las tabletas ha sido exponencial en los últimos dos años (después del censo), con una política restrictiva de importación que ha obligado a los productores a instalarse en Tierra del Fuego, con la única excepción de Apple, que nunca tuvo mucho cariño por los mercados que están debajo del Río Colorado.

En el año 2001, a pesar de la crisis, la convertibilidad había logrado una capacidad instalada en equipamiento hogareño que sufrió un desgaste cuando los equipos comenzaron a valer el cuádruple en materia porcentual en los primeros meses de la devaluación. Luego del amesetamiento, la recuperación económica y la explosión de Internet aceleraron la inversión en equipamiento hogareño. El aspecto de la conexión a la red como concepto de acortamiento de la brecha digital es un bien diferencial en épocas de servicios “en la nube”. En la actualidad, la mayoría de los servicios y bienes de consumo disponibles tienen mucho más que ver con el acceso a Internet que con la clásica computadora hogareña que grababa CD o reproducía juegos hogareños. Por poner un solo ejemplo, productos como Encarta, que hace diez años eran sinónimo de enciclopedia digital, desaparecieron con la llegada de Wikipedia. Las redes sociales, YouTube, Facebook o sitios como Grooveshark o iTunes, por poner algunos casos, han reemplazado el modo de consumir bienes culturales a través de las computadoras.

ComScore, una de las más prestigiosas consultoras sobre usuarios de Internet en el mundo, en su informe de junio del 2011 registra 12,9 millones de conexiones terrestres a Internet en el país, y pone a la Argentina cuatro horas por encima del promedio mundial de consumo de la red. Este país tiene un promedio de usuarios adultos más alto que el promedio de América latina (14 por ciento sobre 11) y los jóvenes de 15 a 24 años sobrepasan el promedio de “navegación” de América latina por varios puntos. Los consumidores de Internet aquí están por encima de la media en casi todos los rubros (redes sociales, web, mail, mensajes), y en el caso de Facebook está quinto en porcentaje de usuarios a nivel mundial. Además, está entre los tres países del mundo cuyos usuarios más tiempo gastan en redes sociales (con Filipinas y Malasia) y es el país de la región con mayor porcentaje de decisión de compra a través de la red: decide lo que va a comprar en la red en un 97 por ciento de los casos. Los argentinos consumen un 71 por ciento de sitios de noticias, contra un 56 por ciento de Brasil. La consultora asegura que Argentina ha llegado a un nivel de penetración alto en el acceso a la red, y que a partir de ahora el crecimiento de hogares con Internet será mucho más lento. Creció un dos por ciento de conexión a Internet en hogares entre 2010 y 2011, lo cual habla, según palabras de Sebastián Yoffe, de comScore, de una “maduración del mercado”.

@blejman