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La bala que el viernes mató a la florista Erica Vedia era calibre nueve milímetros. Ahora resta averiguar de quién era el arma que realizó el disparo que dio en la cabeza de Erica y terminó con su vida por quedar en medio de un tiroteo entre policías y delincuentes en Avellaneda. Luego de las pericias, el fiscal de Lomas de Zamora, César Lucero, decidió procesar por “homicidio” al oficial subinspector del Comando de Patrullas que intervino en el episodio y a los dos delincuentes detenidos.
Una de las tres armas calibre 9 milímetros que se secuestraron durante el procedimiento sería la que disparó la bala que mató a Erica. Una la portaba el policía procesado ayer por el fiscal, las otras las tenían los dos delincuentes, uno de ellos baleado. De todos modos, no se descarta que otras armas de las mismas características puedan haber sido usadas por otros de los delincuentes que se dieron a la fuga. Los resultados de nuevas pericias balísticas y planimétricas serán los que determinen de qué arma partieron los disparos.
La declaración a la prensa de un remisero que estaba con la víctima cuando ocurrió el homicidio sería otro de los elementos tenidos en cuenta por los investigadores para sospechar del policía. “El oficial se pasó un poquito porque tiraba muy indiscriminadamente y estaba fuera de sí. Yo vi a los chorros pasar con las armas en la mano, pero no disparaban”, le dijo el hombre a los periodistas minutos después del tiroteo. Debido a que hay un policía involucrado, el fiscal Lucero prefirió prescindir de peritos policiales y ordenó que en la pesquisa sólo intervengan expertos dependientes del Departamento Judicial Lomas de Zamora. Según informó el jefe del Comando de Patrullas, comisario inspector José Luis Rivero, el oficial comprometido –cuya identidad fue preservada– no realizará tareas operativas con armas, sino que tras una licencia será destinado a trabajos administrativos, mientras se determina si tuvo responsabilidad en la muerte de la joven.
El episodio ocurrió el viernes a la mañana cuando una camioneta policial del Comando de Patrullas de Avellaneda inició la persecución de un automóvil Peugeot 306 robado, con cinco delincuentes que merodeaban un frigorífico de Avellaneda. Tras una serie de choques, el auto de los delincuentes quedó detenido frente a una estación de servicio en la intersección de Belgrano y Güemes. Uno de los dos policías de la patrulla detuvo a uno de ellos dentro del auto robado, mientras que el otro salió a perseguir a los cómplices que escapaban corriendo. Allí comenzó el tiroteo
en medio del que quedó Erica, quien se encontraba en el puesto de Belgrano y Roasenda, pero que en ese momento se había acercado hasta la calle para pagarle un viaje a un remisero que había entregado un ramo de flores.
El trabajo de los peritos será clave para determinar quién, desde qué posición y con qué arma mató a la vendedora de flores. Los expertos permanecieron en la escena del tiroteo durante cinco horas, en las que estudiaron el lugar donde quedó tendido el cuerpo de Erica, recolectaron una gran cantidad de vainas servidas, marcaron los lugares donde impactaron los disparos y secuestraron todos los vehículos involucrados.