Miércoles, 8 de agosto de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › UNA HUELGA EN EL SANTOJANNI TRAS LA IRRUPCIóN DE UN GRUPO QUE RECLAMó POR LA MUERTE DE UNA PACIENTE
Todo comenzó con una denuncia por la muerte de una joven que acababa de dar a luz. Los familiares aseguran que fue por falta de atención. El lunes un grupo entró al hospital, provocó destrozos y agresiones. Los trabajadores paran hoy en reclamo de “seguridad”.
Por Soledad Vallejos
Jennifer Farías tenía 19 años; falleció en el hospital Santojanni el 18 de julio a la noche, tres días después de haber dado a luz a su hijo, Ian Giovanni. Las hermanas de la joven señalaron que la chica fue “maltratada psicológicamente” por personal del hospital, los mismos que desatendieron síntomas de malestar que Farías venía acusando desde el parto; por eso, “murió como un perro”. Por esa muerte, hace dos días, las hermanas y el viudo de Farías reclamaban una reunión con las autoridades del hospital, al mismo tiempo que entre 60 y 70 personas irrumpieron en el lugar. Marcelo Struminger, presidente de la filial de la Asociación de Médicos Municipales en el Santojanni, dijo a este diario que ese grupo pintó paredes con la inscripción “Justicia por Jenni”, lastimó a enfermeras, administrativos y profesionales de la salud, además de romper instrumental médico y material de oficina a su paso. La familia Farías, sin embargo, negó la responsabilidad. Hoy, profesionales de la salud y empleados administrativos del hospital realizarán un paro de actividades, en demanda de “medidas de seguridad”.
“Esos desmanes no tienen que ver con nosotros; mis familiares no fueron a romper ni matar ni agredir. Pasa que el doctor tiene cámara para decir lo que quiera, pero un familiar, con su dolor, no tiene cámara”, señaló a Página/12 Víctor Serrano, cuñado de Jennifer. Ayer, luego de que el conflicto tomara estado público, la familia y Eduardo Tognetti, director del Santojanni, acordaron una reunión para esta mañana.
A lo largo de su embarazo, Jennifer Farías concurrió al hospital “para hacerse todos los controles”; los estudios arrojaban resultados normales, explicó Leonardo Ríos, su marido. El 15 de julio, Farías dio a luz a Ian Giovanni; desde entonces, Farías empezó a sentirse mal. “El miércoles (18 de julio) una doctora le da el alta”, informó Andrea, hermana de Jennifer. “Mi madre le dice: ‘No le des el alta porque no está bien, no la veo bien’. La doctora dijo: ‘Podemos dejarla un día más para ver si recupera fuerza y un psicólogo la puede ver’.” Jennifer, explicó su otra hermana, Fernanda, “se quejaba de que no podía caminar ni respirar y le contestaban que era normal para una primeriza, que no se queje tanto que era una caprichosa y una nena de mamá”.
El miércoles no mejoraba. Ese mismo día, “a la mañana, una médica le quiso dar el alta y le dijo a mi mamá que clínicamente no tenía nada”, mientras que otra, luego, “le ordenó hacer una ecografía, la mandó caminando y mi hermana se descompuso y tuvo que ser llevada a la sala por un enfermero y un hombre de seguridad”. De ese desvanecimiento no se recuperó; la madre de Farías y una enfermera dejaron la habitación en busca de un tubo de oxígeno. A las 9 de la noche, la joven murió; su hermana Fernanda detalló que “recién una hora y media después nos avisaron a nosotros”. Andrea Farías dijo que “nadie dio un diagnóstico ni ninguna explicación. Salió un empleado de seguridad para decirme que había fallecido y un médico de Unidad Coronaria recién llegaba”.
Esa misma noche, poco después de saber del fallecimiento, las hermanas y los cuñados de Farías procuraron radicar una denuncia policial para iniciar, luego, una demanda por mala praxis. “Fuimos a la comisaría 42, a la que pertenece la zona del Santojanni. Quisimos hacer la denuncia porque mi cuñada en todo el embarazo fue asistida, hizo los controles que tiene que hacer una chica embarazada. Estaba sana ciento por ciento”, explicó a este diario Víctor Serrano, marido de Andrea Farías. Sin embargo, “la persona que estaba a cargo esa noche no nos quiso tomar la denuncia, porque nos dijo que él sabía cómo eran las cosas, que él estuvo mucho tiempo ahí, en la noche del Santojanni, que iba a ser una burocracia total y que no íbamos a resolver nada. No nos tomaron la declaración”.
El lunes, poco antes del mediodía, la familia de Farías concurrió al hospital en compañía de amigos y vecinos “para pedir justicia para Jenni”, explicaron sus hermanas. Al mismo tiempo, señaló Marcelo Struminger, presidente de la filial Santojanni de la Asociación de Médicos Municipales, a este diario, en el lugar irrumpieron entre 60 y 70 personas que agredieron a los presentes y dañaron “cuanto se cruzara”. “Rompieron elementos de computación, pintaron todo el ámbito físico del hospital, el baño público de hombres lo vandalizaron”, explicó Struminger, quien hizo hincapié en “los golpes y las amenazas al personal”. “A un administrativo lo agarraron a patadas en el piso y le fracturaron una costilla. A una residente le pegaron en el piso. Esto fue sin rumbo. Alegando que hubo desatención de los médicos, la agresión era con todo el mundo.”
Struminger señaló que las agresiones se sucedieron aun cuando “el hospital tiene 38 cámaras de vigilancia del Ministerio de Seguridad y Justicia” porteño, y “había dos policías metropolitanos, más empleados de seguridad privada, que eran 16”, pero “ninguno hizo nada”. Ayer, médicos y autoridades del hospital se reunieron con la subsecretaria de Salud y su par de Seguridad. “Acordamos que requeríamos medidas de seguridad para evitar que se repitan estos hechos. Hay que prever la índole de la situación, nadie dice que no vuelva a ocurrir.” De todos modos, hoy los tres gremios del hospital realizarán un paro de actividades.
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