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La situación hospitalaria de la provincia de Buenos Aires sigue cuesta abajo. Ayer, los hospitales de Haedo y de Avellaneda debieron suspender todas las cirugías programadas, al menos hasta el viernes, por no contar con los reactivos necesarios para analizar la sangre que posteriormente se debería usar en las diferentes intervenciones quirúrgicas. “Ni siquiera podemos sacar su grupo y factor”, aclaró la jefa del servicio de laboratorio del hospital de Haedo, Viviana García. Mientras tanto, un poco más al sur, en Lomas de Zamora, la Justicia hizo lugar a un amparo presentado por la asociación de profesionales de la salud bonaerense (Cicop), para que el gobierno provincial envíe, con carácter de urgente, insumos al hospital de esa localidad del Gran Buenos Aires.
La falta de insumos básicos en los hospitales de la provincia incluye los reactivos que revelan la presencia en la sangre del virus del sida, de la hepatitis o de la sífilis.
Los hospitales de Haedo y de Avellaneda debieron suspender desde ayer, en forma provisoria, todas las cirugías que tenían programadas al menos hasta el viernes, a la espera de que Ministerio de Salud provincial autorice la compra de los reactivos. “Esta gente trabaja a escándalos. Esperan a que la situación explote para enviar las partidas, pero mientras ellos piensan, la calidad de la atención se degrada cada vez más. Y lo peor es que a fin del año el presupuesto de salud aparece subejecutado, es decir que se gasta menos plata de la que se asigna”, sostuvo el titular de la Cicop, Jorge Yacobsky, quien hoy a las 11 encabezará un acto frente a la puerta del hospital Perón en Avellaneda.
Para la jefa del servicio de laboratorio del hospital de Haedo, esta forma de funcionamiento no es algo casual. “Me hace recordar al vaciamiento que se hizo en las empresas públicas antes de privatizarlas a comienzos de los ‘90”, explicó a Página/12 García, quien desde su lugar transmitió la sensación que viven día a día los profesionales de la salud frente a la crisis sanitaria. “Cotidianamente notamos que el sentido por el cual hace algunos años elegimos esta profesión se va perdiendo y nos preguntamos para qué estamos si ni siquiera podemos decirle a la gente que nos viene a consultar qué tipo de sangre tiene”, analizó.
Haedo y Avellaneda no son los únicos puntos conflictivos de la región. También la situación en Lomas de Zamora es extremadamente compleja. Allí, la Justicia, luego de un exhaustivo relevamiento de datos, ordenó al gobierno provincial, dando lugar a un amparo presentado por la Cicop, que en un plazo no mayor a las 48 horas entregue al hospital Gandulfo los insumos mínimos indispensables para su funcionamiento, tales como jeringas, agujas, gasas, algodón y guantes descartables.
“Afortunadamente en algunos casos la Justicia nos acompaña”, remarcó Yacobsky al conocer la noticia, mientras desde el gobierno provincial no tardaban en hacer llegar su respuesta. “Cuando la Justicia interviene de esta manera, lo que está haciendo es reemplazando funciones del Ejecutivo y esto no corresponde, porque es una intromisión concreta”, sostuvo el gobernador, profundamente molesto por la decisión del juzgado.