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Finalmente, los legisladores porteños convertirán su reducción salarial en un gesto más simbólico que en un recorte que se note a la hora de los números: todo indica que, en la sesión de hoy, el proyectado 40 por ciento de disminución se convertirá en apenas un 15 por ciento. Según explican los diputados, sus dietas ya sufrieron una baja de alrededor del 50 por ciento hace tres años, con lo que el ajuste pasará esta vez por los gastos operativos de la Legislatura. Lo que sí es seguro es que el resultado del ahorro será destinado a gastos sociales.
Todo esto será debatido hoy en el recinto, luego de que se vote la adhesión de la ciudad a la reforma política impulsada por el presidente Eduardo Duhalde, con la que ya se comprometió el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.
Aunque anoche los jefes de los bloques aún negociaban los números concretos de los recortes, la idea era llegar a unos 14 millones de pesos, juntando el ahorro del año anterior con la reducción prevista para este ejercicio. El mayor porcentaje para la reducción que se pondrá en marcha se centrará en un ajuste de los gastos de insumos y de servicios. “Hay una serie de gastos improductivos que vamos a bajar. Pero igual esta jurisdicción es la que ya tiene su Legislatura más ajustada” al acta de Duhalde y los gobernadores, aseguró Pimpi Colombo, del Encuentro por la Ciudad.
La disminución de los sueldos de los legisladores será entonces más un gesto hacia los reclamos caceroleros que un ahorro significativo: “Las dietas de los 60 diputados suman 4 millones de pesos por año en un presupuesto de la ciudad de 3300 millones. Pero igual es necesario prestar oído a las exigencias de la gente”, explicó el socialista popular Roy Cortina, impulsor de uno de los primeros proyectos de ajuste en la Legislatura.
Cortina había propuesto bajar el 40 por ciento, pero ahora el consenso parece rondar el 15: de un promedio de 4500 pesos de sueldo en mano, los legisladores pasarían a cobrar unos 3900. El diputado socialista adelantó que “somos varios legisladores los que, si no se hace un recorte más profundo, donaremos esa parte de nuestras dietas”.
En realidad, ya está decidido entre los distintos bloques –más allá de los números finales– que las partidas del ahorro de la Legislatura irá de vuelta a la Secretaría de Hacienda del Ejecutivo, pero con imputaciones específicas para su utilización. El destino será el área social. Específicamente, la plata deberá usarse para las becas a los estudiantes primarios y secundarios de hogares humildes, los comedores comunitarios que solventa la Secretaría de Promoción Social y los insumos hospitalarios que escasean en esta época de desabastecimiento y dólar a 2,10 pesos.
Además de la reducción, la otra pata de la implementación local de la reforma política será la reestructuración del funcionamiento legislativo. Para ello, hoy se decidirá que la comisión de Labor Parlamentaria se dedique en los próximos 15 días a elaborar un proyecto para implementar un cambio en el funcionamiento de la Legislatura. Los lineamientos básicos serán una “optimización” del trabajo legislativo –habrá seguramente dos días de sesión a la semana–, y un castigo (vía descuento en los haberes) a los diputados que no asistan a las reuniones de las comisiones o a las sesiones. La comisión también deberá presentar una agenda de temas que “sí o sí” debatirá la Legislatura en el transcurso de este año. La atrasada ley de comunas será una de las prioridades.