El Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata comenzará hoy el juicio contra los siete acusados de balear a Carolina Píparo a la salida de un banco en 2010, cuando estaba embarazada de ocho meses. A raíz del ataque, la joven tuvo una cesárea de urgencia y dio a luz a un bebé que murió una semana después.

Por el crimen llegan detenidos al juicio el supuesto autor material del hecho, Carlos Burgos, de 19 años; el hombre que está acusado de señalar a Píparo dentro del banco, Miguel “Pimienta” Silva, de 43; Luciano López, de 20; Carlos Moreno, de 20; Juan Manuel Calvimonte, de 25, y Carlos Jordán Juárez, de 45.

También deberá enfrentar al tribunal, conformado por los jueces Claudio Bernard, Liliana Torrisi y Silvia Hoerr, el imputado Augusto Claramonte, de 44 años, quien actualmente se encuentra en libertad y goza de una falta de mérito.

El abogado de Carolina Píparo, Fernando Burlando, expresó que llegan al juicio “con la expectativa de que se haga justicia y conformes con la actuación de los funcionarios que fueron parte de la investigación. Esperamos un fallo condenatorio para los siete imputados”, remarcó y explicó que Píparo reforzó la contención psicológica que recibe para poder declarar.

También está previsto que declaren funcionarios y empleados del Banco Santander Río, y en este sentido Burlando recordó que ninguna autoridad de la entidad se contactó con Píparo tras el hecho del que fue víctima y que le costó la vida a su hijo.

“La del Banco es una actitud tan cobarde y deleznable como las de los autores del hecho”, consideró y apuntó que “la entidad invierte mucho dinero en realizar publicidades por diversos medios y no fueron capaces de hacer una llamada telefónica”.

Además, aseguró que “la persona que la señaló a Carolina en el interior del banco tuvo actitudes notorias y particulares que debieron ser advertidas por el personal de seguridad del banco”. “Dentro de los jinetes de la muerte que actuaron en el hecho una cuota de responsabilidad empezó en el banco, que debió darle seguridad a su cliente”, remarcó.

Los siete imputados están acusados de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa”. Por otra parte, se les aplicó el concurso ideal con “homicidio triplemente calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa para asegurar el resultado del delito agravado” por Isidro Buzali, el bebé que gestaba Píparo al momento del crimen y que murió a la semana de nacer.

El fiscal que instruyó la causa, Marcelo Romero, consideró al momento de elevar el expediente a juicio oral que la muerte de Isidro fue un homicidio, ya que “tuvo vida extrauterina, actividad cardíaca propia, respiratoria y cerebral”. Según él, su fallecimiento fue “producto precisamente de las gravísimas lesiones originadas por la agresión inferida a su madre”.

Píparo fue baleada el 29 de julio de 2010 cuando con su madre, María Ema, fue a retirar dinero a la sucursal del Banco Santander Río de la calle 7 y 42, en La Plata. Cuando regresaban a su casa, en las calles 21 y 36, ambas fueron interceptadas por dos delincuentes en una moto, quienes balearon a Carolina a pesar de que ya tenían su dinero.

Paralelamente a la causa penal, Píparo inició una demanda civil contra el banco por cerca de 7 millones de pesos. Según Burlando, la entidad “ofreció un monto de una insolencia muy grande, 100.000 pesos”.

Este caso llevó a las autoridades a incrementar medidas de seguridad dentro y fuera de las entidades bancarias para evitar que los clientes sean víctimas de robos.