El juez de instrucción Pablo Ormaechea ordenó la captura de cinco sospechosos por el homicidio del periodista partidario de Racing Nicolás Pacheco, quien apareció muerto el pasado 24 de enero en la pileta de la sede que el club tiene en Villa del Parque. Las detenciones fueron dictadas a pedido del fiscal Marcelo Retes, quien a su vez solicitó que se coteje el ADN de los imputados con el perfil genético de una muestra de sangre hallada en la escena del crimen.

Si bien en un principio se especulaba con la posibilidad de que Pacheco había muerto de forma accidental al caerse desde una altura al sector de la pileta, para el fiscal, el periodista fue asesinado en una pelea. En este sentido, los resultados de la autopsia fueron claves ya que se acreditó que la víctima no murió ahogada y que presentaba lesiones compatibles con una paliza y no con una caída accidental a la pileta.

Las fuentes judiciales no dieron a conocer las identidades de los buscados “para no frustrar el objeto de la medida” y dijeron que la mayoría de las órdenes de captura comenzarán a practicarse en domicilios en el conurbano bonaerense, a través de exhortos. De los cinco sospechosos, cuatro son amigos o conocidos de Pacheco que aquella madrugada estuvieron con él en la sobremesa de un asado que se realizó en el sector de parrillas del predio, y el quinto acusado es el vigilador que estaba de sereno en el lugar. En el caso de los cuatro conocidos, el fiscal Retes los imputa por “homicidio” y, alternativamente, por “encubrimiento”, mientras que al vigilador sólo lo acusa por “encubrimiento”.

Los amigos ahora imputados declararon en su momento como testigos que al advertir la ausencia de Pacheco y ver que había dejado su celular, sus ojotas, bermudas y remera en el sector de parrillas, lo buscaron en la pileta, lo vieron sumergido e inmóvil en el fondo, lo sacaron del agua e intentaron reanimarlo sin éxito.

Sin embargo, los especialistas del Cuerpo Médico Forense determinaron que el cuerpo de Pacheco no tenía agua en los pulmones, lo que indicó que ya estaba muerto antes del ingreso a la pileta. La causa de su muerte había sido una fractura de cráneo y además presentaba “múltiples golpes, politraumatismos, laceraciones en los nudillos –lo que podría indicar que intervino en una pelea–, golpes en las cervicales, en las costillas y fractura en el tórax”.

Los forenses establecieron que Pacheco murió entre la 0.50 y las 3 de aquella madrugada, que el cadáver estuvo entre una y dos horas sumergido en la pileta y una hora más fuera del agua cuando llegaron los médicos del SAME que constataron la muerte.

El fiscal remarca en su acusación que los imputados declararon haber estado charlando con Pacheco hasta las 6 –horario en el que supuestamente lo perdieron de vista y comenzaron la búsqueda–, pero según la autopsia, a esa hora el joven ya llevaba al menos tres horas muerto.

En su imputación, el fiscal considera también la declaración de una vecina que vivía en un departamento de un tercer piso de uno de los edificios contiguos a la pileta y que aquella madrugada, desde la ventana de su dormitorio, escuchó gritos, una fuerte discusión, una pelea y después el estampido de algo que caía al agua. La testigo declaró que escuchó ese alboroto alrededor de las 3 de la madrugada –horario coincidente con la data de muerte–, por lo que el fiscal no entiende por qué ninguno de los compañeros de Pacheco e incluso el vigilador escucharon nada al respecto.

El fiscal aún no tiene identificado un móvil del crimen, pero al menos hasta el momento, descartó que alguno de los imputados sea miembro de la barra brava de Racing. Por el alto nivel de alcohol en sangre que presentaba la víctima –1,81 gramos–, el fiscal sospecha que el exceso de bebidas podría haber sido uno de los desencadenantes de la presunta pelea.