Martes, 16 de abril de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › UN COMISARIO PRóFUGO Y UN POLICíA DETENIDO, ACUSADOS DE EXTORSIóN
Los policías de la localidad de La Capilla están acusados de extorsionar a quinteros. Allanaron la seccional y encontraron pruebas de los ilícitos. La cúpula de la seccional fue desplazada. Otros dos policías están prófugos.
Por Carlos Rodríguez
En Florencio Varela, el caso se denomina, a nivel popular, el “gorragate”. Se trata de una serie de hechos de corrupción que venían ocurriendo en la comisaría quinta de La Capilla, una localidad de ese partido bonaerense donde hay quintas dedicadas a la fruticultura, floricultura, horticultura, apicultura y producción láctea, entre otras actividades propias de una zona rural. El escándalo estalló el fin de semana, cuando el abogado de un quintero de la zona denunció por intento de extorsión a un grupo de policías, incluyendo al titular de la seccional. Al dueño de la quinta le habían pedido una coima de 50 mil pesos para dejarlo fuera de una causa en la que se investigaba el robo a un camión que llevaba electrodomésticos. Un rápido operativo realizado en la sede policial y en el domicilio de cuatro de los policías permitió la detención de uno de ellos –los otros tres están prófugos, incluido el comisario– y secuestrar material probatorio como dinero en pesos y en dólares, cheques y un listado de nombres y cifras de otras presuntas víctimas del accionar policial. Una fuente judicial consultada por Página/12 estimó que podría haber “más policías involucrados” en los hechos.
La investigación está a cargo de la fiscal Gisela Ulszaniecki, quien la caratuló como “privación ilegal de la libertad agravada, robo en poblado y en banda calificado y extorsión”. En la oficina del jefe de la comisaría quinta, Rubén Antonio Juárez, encontraron un maletín que contenía 22.500 pesos en efectivo, 1400 dólares, un cheque por 20 mil pesos y otros dos por mil pesos cada uno. Además, la Justicia se llevó la computadora del jefe policial –uno de los prófugos–, un listado de supuestas cobranzas ilegales y hasta los papeles de compra de una camioneta VW Amarok cero kilómetro, valuada en una suma cercana a los 200 mil pesos, que habría sido adquirida en forma reciente por el comisario Juárez.
El único policía que pudo ser detenido es Leonardo Franco, mientras que los otros tres, los agentes del servicio de calle Matías Pozzer y Enrique Belouch, junto con el nombrado Juárez, pudieron escapar a tiempo. La sospecha es que alguien les habría avisado, dado que el operativo ordenado por la Justicia se hizo poco después de que el quintero realizara la denuncia ante la fiscal Ulszaniecki. La sospecha es que los delitos que se investigan habrían sido cometidos con la complicidad de policías de las jefaturas distrital y departamental.
Las víctimas de las extorsiones serían comerciantes, empresarios y quinteros de la zona de La Capilla, en Varela, y de la limítrofe localidad de Glew. Todos ellos debían realizar pagos mensuales o semanales por motivos que ahora serán investigados. Ante la grave situación planteada, el resto de la cúpula de la comisaría quinta fue relevada del cargo.
El caso comenzó a destaparse a mediados de la semana anterior, cuando se produjo el robo de un camión cargado con electrodomésticos de la firma Ribeiro. El hecho ocurrió en jurisdicción de la comisaría cuarta de Bosques, localidad que también pertenece al partido de Florencio Varela. El vehículo de transporte, tras el robo, fue abandonado en la zona de La Capilla. Las actuaciones fueron derivadas a la DDI de Quilmes.
De acuerdo con la versión que dio la policía, un día después del robo, en La Capilla aparecieron dos autos abandonados, un Ford Focus y un Volkswagen. Una vecina habría hecho la denuncia telefónica a la comisaría quinta. Integrantes del servicio de calle dijeron que concurrieron al lugar y constataron que uno de los vehículos tenía pedido de captura por haber sido robado. Argumentaron que montaron guardia para ver si volvían los que dejaron allí los dos coches. Al poco rato, llegó un Fiat 128 con tres hombres adentro. Dos de ellos bajaron, se subieron a los coches que estaban estacionados y se fueron, sin que la comisión policial pudiera detenerlos, según la versión que dieron los uniformados. El único detenido fue el chofer del 128. Luego de llevarlo a la comisaría, los hoy sospechosos se dirigieron con el detenido sin orden judicial a una quinta que esa persona tiene en la zona lindera con Glew.
Allí, intimidaron al quintero y se llevaron un cuatriciclo marca Jaguar, armas antiguas y otros objetos de valor. Los policías se movilizaron en un Chevrolet Agile de color negro. El quintero detenido denunció a los policías por privación ilegal de la libertad, robo y extorsión, ya que le pidieron 50 mil pesos, bajo amenaza de involucrarlo en “varias causas”. Los policías lo acusaban de ser el reducidor de los artefactos robados a mitad de la semana pasada. El abogado del detenido le había prometido a los policías entregarles los 50 mil pesos. En cambio, fue con su cliente a la fiscalía. En la comisaría quinta encontraron el cuatriciclo, el Chevrolet y las armas antiguas. Ahora buscan a los policías prófugos.
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