Miércoles, 5 de junio de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › LOS LORES APROBARON POR 390 CONTRA 148 EL PROYECTO DE MATRIMONIO GAY
Aunque los fantasmas agitados por la Iglesia Anglicana preanunciaban dificultades y cismas, la votación del proyecto de matrimonio igualitario impulsado por el gobierno de David Cameron fue ampliamente favorable. Falta aún otro paso.
Tal como se había establecido el 21 de mayo pasado, la Cámara de los Lores trató ayer el proyecto de ley de matrimonio igualitario. Lo que no estaba establecido era que lo aprobaría, lo que en definitiva ocurrió, dando un paso trascendental en el camino a la sanción de la ley. A priori, la votación se definía como muy pareja y con muchas chances de que volviera atrás el proyecto. Pero los votos resultaron por 390 favorables y 148 en contra. La sesión en la Cámara alta británica fue maratoniana, con dos días de debates en los que tomaron la palabra más de 90 lores y obispos. Aún falta un nuevo pasaje por la Cámara de los Comunes.
El resultado de la votación de ayer, que fue más abultado de lo esperado, fue recibido con gritos de alegría por los partidarios de la igualdad de derechos. El proyecto de matrimonio igualitario pasará ahora a un comité de la Cámara de los Lores, que volverá a estudiar el proyecto antes de someterlo de nuevo al voto de los comunes en una tercera y última lectura. El proyecto, impulsado por el gobierno de David Cameron, aspira a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en Inglaterra y Gales (Irlanda del Norte y Escocia tienen las competencias transferidas), donde las parejas homosexuales ya podían contraer uniones civiles desde 2005. La Iglesia Anglicana mostró su oposición al proyecto desde sus primeras fases, por lo que el legislador incluyó en el texto la prohibición expresa a que las iglesias de Inglaterra y Gales puedan celebrar bodas gays. El gobierno quería evitar posibles demandas por discriminación en el caso de que una pareja homosexual se encontrara con la negativa de una iglesia a celebrar su boda, una vez legalizadas ese tipo de uniones. Por ese motivo, cualquier organización religiosa que quiera unir en matrimonio a personas del mismo sexo deberá pedir primero el permiso del gobierno.
El proyecto afrontaba una de las mayores dificultades que se le presentaron en la tramitación debido a una enmienda que buscaba devolver el texto a los comunes, donde ya había sido aprobado el pasado 21 de mayo en una polémica sesión por 366 votos positivos contra 161 negativos, de los cuales, una parte correspondía a votos en contra del propio oficialismo.
La enmienda había sido presentada por Lord Geoffrey Dear, para tratar de impedir que la ley se sometiera a votación. Durante el debate, Dear señaló que el proyecto amenaza con “inflamar a la opinión pública. No tiene nada que ver con la igualdad, porque eso ya se logró con las uniones civiles”, y apeló al término con que se entendía el matrimonio “en los últimos siglos”, apelando, de ese modo a la pretensión de la Iglesia Anglicana, que se opone a la sanción de la ley. Entre los noventa miembros de la Cámara de los Lores, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, sostuvo que la ley “abolirá la actual institución del matrimonio y la sustituirá por una opción más débil”. El primado anglicano es uno de los 26 lores llamados Espirituales, destacados miembros de la Iglesia Anglicana con voz y voto en la Cámara alta británica, donde el resto de sus miembros, 737, son designados por la reina Isabel II con el acuerdo del primer ministro.
Con el histórico practicismo flemático británico, el proyecto zanja la cuestión prohibiendo el matrimonio igualitario a través de la Iglesia Anglicana lo que la exceptúa de la exigencia de modificar su ideal de matrimonio, aunque también le impide intervenir en el ritual de aquellos que no comulgan con la fe anglicana.
El ex secretario de Estado conservador Oliver Eden sostuvo que la ley que impulsa su partido “refleja la evolución de la sociedad” y destacó sentirse “orgulloso” de apoyarla. El debate sobre la ley de matrimonio igualitario que ha impulsado el Ejecutivo abrió grietas entre la coalición de conservadores y liberaldemócratas del oficialismo.
Según sondeos, en la población británica, el matrimonio homosexual goza del apoyo de la mayoría –el 54 por ciento, según el último sondeo de la empresa de investigación de mercado YouGov–, pero la derecha conservadora se opone mayoritariamente a legalizarlo. Por el momento, la derecha conservadora no logró torcer el impulso de la modernización. De este modo, Gran Bretaña avanza para transformarse en el décimo país europeo en aprobar el matrimonio igualitario, después de su reciente aprobación en Francia.
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