“El Gobierno de la Ciudad gasta 58 millones de pesos para desguazar los juegos del Parque de la Ciudad y entregarle un negocio fabuloso a una empresa privada”, dice Graciela Muñiz, defensora adjunta del Pueblo porteño. Se refiere al emprendimiento denominado Ciudad Rock, que se construye en lo que fue un emblemático parque de diversiones del sur porteño. Y al contrato que la Ciudad firmó con la empresa Siberia SA para la organización del festival Quilmes Rock que pagará un canon de sólo 180.000 pesos por un evento de tres días al que asistirán 45.000 personas que, a un promedio de 500 pesos por entrada, arroja una recaudación de 22,5 millones de pesos.

A eso habría que agregar la concesión del estacionamiento del predio, que tiene capacidad para 9 mil vehículos. Siberia debe retribuirle a la Ciudad 15 pesos por automóvil, pero a cambio recibe la autorización para fijar el precio del estacionamiento y quedarse con la diferencia.

El proyecto del macrismo busca impulsar el desarrollo de un polo de espectáculos y entretenimientos en el Parque de la Ciudad. La idea original del gobierno porteño era traer allí el festival Rock in Río, pero la propuesta naufragó. Luego, el ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, firmó el convenio con Marcos Costa, de la organizadora del Quilmes Rock, que se realizará el 1°, 2 y 3 de noviembre próximos. “El canon pactado fue determinado entre el Gobierno de la Ciudad y de la empresa y no fue necesaria la aprobación de la Legislatura porque el usufructo del predio no superará los 15 días”, explicó Muñiz.

Para la Asociación Argentina de Parques de Diversiones, algunos juegos eran recuperables con una mínima inversión. “Durante la gestión de Jorge Telerman el parque funcionó gracias a la gestión de los trabajadores, que recuperaron algunos juegos”, dice Muñiz. Hoy, esos juegos, desguazados, se amontonan en un rincón.