El gendarme Néstor Silvestre Bordón, un formoseño de 25 años, fue asesinado de un balazo en el tórax el lunes pasado, cuando tenía asignado uno de los puestos sobre el kilómetro siete de la autopista Buenos Aires-La Plata e intentaba ordenar el descontrol vehicular en la zona durante el piquete que un grupo de vecinos realizó por los cortes de luz.

Los investigadores analizaban las cámaras de seguridad del peaje en busca del momento en que fue baleado. Se intenta determinar si el proyectil que mató al gendarme partió desde alguno de los monoblocks ubicados frente al peaje, o bien si el autor fue algún automovilista que, enfurecido por haber quedado atrapado bajo el sol por la protesta, disparó contra los vecinos e hirió al efectivo. En cierto momento, Bordón cayó desvanecido. Hasta ese momento, todos pensaban que se había tratado de una descompensación por el calor, porque nadie percibió la herida.