Los vecinos de Paso Viejo, en el departamento cordobés de Cruz del Eje, recibieron una sorpresa. En inmediaciones al casco urbano, ayer a la mañana, apareció deambulando lo más orondo un tigre de Bengala. El animal no atacó a nadie pero, al parecer, tampoco tuvo tiempo de hacerlo, si esa era su intención. Los mismos habitantes –o al menos uno de ellos– se encargaron de fusilarlo, una suerte de castigo preventivo ante un posible ataque, que finalmente quedó en el terreno de las conjeturas. Una fiscal investiga si quien sacrificó al animal actuó en “legítima defensa” y si estaba autorizado a portar el arma con la que mató al animal. También averigua la precedencia del tigre, que bien pudo ser una víctima de la trata de animales.

El intendente de Paso Viejo, Luis Andrade, sostuvo que el animal fue visto por la mañana cerca de un canal que hay en la localidad, ubicada a 190 kilómetros de la ciudad de Córdoba, y donde viven unos 1100 habitantes. “Apareció en inmediaciones de la zona urbana de nuestro pueblo. Tenemos un canal de riego que viene del dique Pichanas. A la vera de este canal apareció como yendo para la parte urbana”, expresó el jefe comunal.

Los vecinos intentaron controlar y enlazar al animal. Al no poder contenerlo, optaron por ultimarlo. “A medida que más gente lo veía caminando a la orilla del canal, el animal empezaba a rugir”, comentó Andrade, a la vez que aseguró que si bien “trataron por todos los medios de capturarlo vivo, uno de los vecinos lo tuvo que sacrificar”.

José Hernández, periodista residente en Paso Viejo, relató a Página/12 que el tigre “fue avistado por un grupo de chicos que andaba por la zona. Primero, un grupo de vecinos intentó enlazarlo pero sin éxito. No es un animal fácil de atrapar y estaba nervioso. Finalmente, un policía retirado que vive en la zona lo mató de un tiro en la cabeza con su revólver”.

El hecho es investigado por la fiscal de Cosquín María Alejandra Hillman, en calidad de subrogante de Cruz del Eje, quien dispuso la necropsia del animal.

Por el momento, se desconoce la procedencia del felino. Según Hernández, “el tigre estaba muy bien cuidado y tenía las garras recortadas”. “Una hipótesis fuerte es que habría sido víctima del tráfico de animales, porque, como se sabe, no es una especie de la región, sino originario de Asia”, reportaron fuentes judiciales.

“Me explicaban vecinos que habían visto pasar por la Ruta 38 unos camiones con animales, así que por ahí este animal se ha caído de algún camión”, afirmó el jefe comunal, quien también dijo sentirse molesto por la muerte del animal. Sin embargo, reconoció que “estaba de por medio la seguridad de las personas”.

Andrade relató que en la vecina localidad de Villa de Soto hay un circo “pero las autoridades policiales se comunicaron con el lugar y les dijeron que allí no tienen animales”. “A diferencia de épocas pasadas, por ley está prohibido utilizar animales para este tipo de actividades”, detalló Hernández.

El maltrato animal está penalizado en Argentina por la Ley 14.346, sancionada el 27 de septiembre de 1954 y promulgada el 27 de octubre de ese año. Castiga con pena de prisión de 15 días a un año a quien “infligiera malos tratos o hiciera víctima de actos de crueldad a los animales”. Por eso, la fiscal investiga si la muerte del animal fue un acto de “legítima defensa”.

Por otro lado, el tráfico de animales en peligro de extinción ocupa el tercer lugar mundial, después del de armas y de drogas, con ventas anuales de más de 20 mil millones de dólares, de acuerdo a organizaciones defensoras de esas especies. A raíz del comercio ilegal, unas 700 especies de animales se encuentran en extinción. El tigre de Bengala es una de ellas.

El tigre de Bengala, con tres metros de largo y 290 kilogramos, es el segundo felino más grande del planeta detrás del siberiano. En su momento hubo ocho subespecies de tigre, pero tres se extinguieron durante el siglo XX, por lo que las cinco restantes se implantaron en programas de conservación. Se calcula que quedan en el mundo 1500 ejemplares similares al encontrado en Paso Viejo.