Rescatistas estadounidenses encontraron ayer 10 nuevas víctimas mortales del desprendimiento de tierras ocurrido el sábado en una zona rural del estado de Washington, lo que elevó la cifra de fallecidos a 24, mientras más de 100 personas siguen desaparecidas y se aleja la esperanza de hallar sobrevivientes. Anoche, las autoridades del condado de Snohomish, al que pertenece la población donde ocurrió el alud, informaron que los equipos de rescate recuperaron 2 cadáveres más y localizaron otros 8, que se suman a los 14 hallados hasta este momento. El jefe de bomberos del distrito 21 del condado, Travis Hots, expresó su “decepción” por no haber encontrado en cuatro días completos de búsqueda intensa “ningún signo de vida”. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó ayer una declaración de emergencia para acelerar la respuesta ante este suceso, ocurrido cuando una avalancha de tierra y lodo sepultó en pocos segundos 49 viviendas del pequeño pueblo de Oso, donde viven unas 200 personas.