Martes, 1 de abril de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › OPINIóN
La coordinadora del programa Las víctimas contra las violencias explica los alcances y logros de la iniciativa a ocho años de su creación en la ciudad de Buenos Aires. Las claves de su funcionamiento y la ampliación a Chaco y Misiones.
Por Eva Giberti
¿Qué es lo que se está haciendo a partir de un programa que empezó a funcionar hace ocho años? Es una pregunta que cualquiera puede plantearse cuando en Página/12 se publicaron las estadísticas que muestran los números de la violencia familiar en la ciudad de Buenos Aires. Sobre todo porque las víctimas no se atienden detrás de un escritorio sino cuando llaman por teléfono al número 137 (que atienden exclusivamente profesionales) solicitando auxilio, asistimos a sus casas a buscarlas para llevarlas a denunciar. Concurrimos acompañadas por un policía porque no es raro que, cuando estamos en el domicilio, reaparezca el golpeador o mande a algún compadre para continuar amedrentando a la víctima y a sus hijos. Entonces el policía, que ingresa en el domicilio antes que nosotras, que somos trabajadoras sociales y psicóloga, cuerpea al varón que se hace presente y lo pone en manos de un patrullero de la zona, mientras nosotras atendemos a la víctima y a sus hijos. Pero ésos no son los números que aparecen en las estadísticas: ¿por qué? Porque de todas las víctimas que nos llaman y a las que acompañamos y asesoramos, un 40 por ciento no quiere denunciar. Sólo demanda auxilio para ella y sus hijos y la aterroriza pensar cómo procedería el violento si ella lo denunciara. Por lo tanto, de las cifras que ustedes leen, cualquiera sea la fuente de donde provengan, hay que tener en cuenta que se refieren exclusivamente a denuncias. Existe un subregistro de la violencia familiar que está mucho más extendida de lo que las estadísticas muestran: 40 por ciento de las víctimas quedan en la oscuridad del silencio. Forman parte de nuestros registros porque hemos concurrido a sus domicilios y hemos hablado con ellas y con sus niños. Con ellas solamente podemos hacer un seguimiento telefónico y personal para intentar que recapaciten y denuncien y para conocer cuál es su estado después de un mes de su llamado. No más de un mes porque nuestros equipos son para urgencia y emergencia durante las 24 horas los 365 días del año. Sólo podemos intervenir cuando la víctima clama auxilio y acompañarla en la denuncia. Luego... su destino es un problema en todos los países que se ocupan del tema.
Desde octubre del año 2006 hasta febrero 2014 este equipo atendió en terreno 20.225 víctimas.
Este sistema de trabajo inspiró a las autoridades de dos provincias: Chaco, que desde el año 2012 también tiene un número 137, y Posadas, Misiones, que comenzó con el mismo número y el mismo estilo en el año 2013.
Creación de la Cátedra Abierta “Introducción a las Violencias de Género” Universidad Nacional de Misiones.
Desde el año 2011 se desarrolla en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, inaugurando una estrategia inédita de trabajo en la comunidad.
Es el primer equipo que empezó a funcionar en este programa y se dedica a víctimas de delitos contra la integridad sexual. Cuando una persona víctima de violación, habitualmente una mujer, recurre a la comisaría inmediatamente después del ataque, la policía tiene orden de llamar inmediatamente a este equipo, junto con la información al juez o a la fiscal necesaria para caratular al delito. La víctima no declara ante la policía hasta que el equipo se haya hecho presente, es decir, no queda a merced de preguntas que puedan arriesgar su intimidad. Cuando una trabajadora social y una psicóloga llegan a la comisaría son quienes acompañan en los primeros momentos a la víctima, se comunican con su familia para asesorarla acerca del trato que precisa una víctima de violación y la trasladan al hospital donde le proporcionarán la “píldora del día después” y la medicación preventiva del VIH, siempre en presencia del equipo. Posteriormente, la conducen a su domicilio o donde la víctima elija y, cuando llega el momento de la identificación, el equipo la conduce al área policial correspondiente para que pueda identificar al violador o hacer su identikit. Se mantiene contacto telefónico con ella hasta el momento que debe presentarse en Tribunales para ratificar la denuncia. Debido a este acompañamiento las víctimas de violación mantienen su denuncia y de ese modo se ha logrado detener a violadores seriales. Desde mayo de 2006 hasta diciembre de 2013 atendió en terreno a 6774 víctimas, de las cuales 3515 han sido niños, niñas y adolescentes.
La Brigada Niñ@s está a cargo de las solicitudes que nos llegan ya sea por medio de la línea 137 o por el teléfono 0800-222-1717 para que se pueda intervenir en situaciones de explotación sexual comercial que padecen niños y niñas. Se trabaja con las defensorías especializadas en el tema. Actualmente, como parte de su campaña referida a la explotación sexual infiltrada en el turismo, este equipo ha distribuido en todos los aeropuertos nacionales e internacionales cartelería advirtiendo a los viajeros que intentaran recurrir a los niños y niñas víctimas de explotación sexual que dicha conducta en nuestro país está penada por la ley. Este mismo equipo ha iniciado desde el 2012 una actividad, solicitada por padres y madres alertas ante la aparición del grooming, el delito al cual están expuestos niñas y niños cuando chatean e intercambian datos con desconocidos vía Internet, al mismo tiempo que se alerta respecto de determinados “jueguitos” en los que los más chicos interactúan.
El Cuerpo interdisciplinario contra la violencia familiar recibe los expedientes que les envían los jueces de familia para realizar un diagnóstico psicosocial en relación con la familia víctima de violencia y evaluar las posibilidades que tiene el sujeto denunciado ante el tribunal para volver a convivir en ese grupo familiar. Este diagnóstico implica una visita en el domicilio de la familia, una o varias entrevistas con el sujeto violento, con miembros de su familia y con la víctima. La tarea se lleva a cargo con el equipo de psicólogos, de trabajadores sociales y de abogados. Se remiten las conclusiones al juez.
La Unidad de intervención en victimología constituye un área de abordaje y protección de los derechos de las víctimas de delitos graves en el ámbito nacional. Actúa a solicitud de parte o de oficio en los casos en los que por su gravedad, indefensión manifiesta y decisión política ministerial amerite su intervención por medio de contención, orientación y gestión de medios para el individuo o familia agredida por hechos de violencia delictual.
Docencia a oficiales y suboficiales de la Policía Federal Argentina. A partir de marzo 2009 se introdujo una Asignatura Obligatoria en el Plan de Estudios de las Escuelas de la Policía Federal: Introducción, al Conocimiento, Abordaje y Prevención de las Violencias. Desde su creación se capacitó a 19.010 agentes. Sus docentes son profesionales pertenecientes del programa Las víctimas contra las violencias.
Cursos en entrenamiento y capacitación en once provincias y edición de un libro que compendia el curso nacional (2009) dedicado a prácticas para asistir y defender a niños, niñas y adolescentes.
Las actividades de estos equipos sólo evidencian una parte de las tareas que se cumplen en relación con la defensa de distintas víctimas de violencia de género. Permiten evaluar la gama de posibilidades con las que se cuenta para avanzar en este serio problema que convoca decisiones internacionales y que entre nosotros ha logrado significativos avances.
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