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Un productor artístico, socio del coreógrafo Flavio Mendoza en la obra Stravaganza, fue secuestrado junto a sus dos hijos menores de edad en Castelar Norte, partido de Morón, y tras el pago de un rescate fueron liberados ilesos. Se trata de Ariel Diwan, marido de la bailarina Gisela Bernal, quien el martes a la noche, cerca de las 22, fue capturado por delincuentes cuando llevaba a sus dos hijos de regreso a la casa de su ex mujer.

Según explicaron fuentes de la investigación, el productor iba en su auto cuando se le cruzaron los asaltantes a bordo de otro vehículo, lo obligaron a subir al auto de ellos, dejaron a los chicos en el suyo, que fue conducido por uno de los delincuentes, y por teléfono les exigieron a los familiares una importante suma de dinero como rescate. La cifra no fue dada a conocer por los informantes, pero se estima que es cercana a los 50 mil pesos.

Familiares del productor juntaron el dinero exigido y lo llevaron hasta el lugar acordado adentro de una bolsa. Luego de obtener el rescate, el productor fue liberado ileso en la colectora de la Autopista del Oeste, también en Castelar, en el oeste bonaerense, mientras que sus hijos también fueron dejados sanos y salvos en la zona.

El episodio es investigado por personal de la comisaría séptima de Castelar Norte, la DDI de Morón y la Justicia federal de ese distrito, donde Diwan prestó declaración testimonial ayer al mediodía.

Ayer, el socio de la víctima, el coreógrafo Flavio Mendoza, contó que se enteró del episodio cuando le llegó un “mensaje en cadena diciendo que no lo llamemos al teléfono de él, que había sido secuestrado”.

“Leí eso, automáticamente hablé con Gisela (pareja de Diwan), ella no lo había visto a Ariel porque estaba en la comisaría, ya lo habían soltado”, añadió Mendoza, quien también es productor teatral.

“Ariel está bien, con mucha bronca, con mucha indignación por esto que pasó... estaba con los dos nenes de él, la nena tiene 16 años y el nene tiene 11, pasaron un momento espantoso”, detalló.

Al ser consultado sobre el hecho, Mendoza opinó: “Yo no creo que agarren a la gente porque sí” y dijo que “vivir así no está bueno”.