El Vaticano investigó en los últimos diez años a 3456 sacerdotes acusados de abusar sexualmente de menores y, de ellos, 884 fueron apartados y 2572 sancionados, indicó el representante permanente del Vaticano ante la ONU en Ginebra, Silvano Tomasi. Tomasi, que compareció ayer por segundo día ante el Comité de la ONU contra la Tortura, reiteró que la Santa Sede “no tiene competencia para juzgar a los pederastas fuera del Estado del Vaticano, pero sí realiza procedimientos eclesiásticos contra aquellas personas sobre las que pesan abusos a menores”. Asimismo, precisó que estas acciones se llevan a cabo “sin perjuicio de las acciones judiciales que se practiquen en los lugares donde resida el acusado”. Si bien son 3456 situaciones de abuso identificadas por el representante vaticano, Tomasi explicó que “se estudiaron 3420 casos creíbles” y señaló que los sacerdotes disciplinados por abusos pero no expulsados, no son trasladados “como se hacía erróneamente en el pasado”, sino que se los cambia de trabajo, con “la condición de que no estén en contacto con niños”.