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Las autoridades de la Iglesia Católica entrerriana pidieron “no obedecer” la reciente resolución del Senado provincial que impide a la policía detener y multar a las prostitutas que trabajan en la vía pública. “Con este tipo de legislación se está inculcando el vicio en la sociedad. Todos nosotros sabemos que de hombres viciosos derivan causas siniestras”, afirmó el presbítero Héctor Rodríguez, titular de la Vicaría de la Familia y la Vida del Arzobispado de Paraná, en un documento difundido ayer.
“La ley es injusta y no debe obedecerse. Con una ley como ésta no se construye una sociedad justa y libre de pecado. Al contrario, a lo que se llega es a legitimar un acto que es condenable”, opinó Rodríguez en el primer pronunciamiento en contra de la derogación del inciso de la Ley de Contravenciones que otorgaba a la policía provincial la facultad de detener a las prostitutas y que el miércoles fue anulado por unanimidad en el Senado.
El proyecto de anulación fue elaborado por la CTA a partir de los reclamos de las prostitutas entrerrianas por el maltrato que recibían de parte de los agentes de seguridad, “que les cobraban multas de hasta 150 pesos y las dejaban presas hasta por un mes sin dejarlas hacer llamados telefónicos a sus familiares”, explicó la secretaria gremial de la CTA, Susana Salgaro. La medida aprobada comprende a las personas mayores de edad que ejerzan la prostitución en forma voluntaria y elimina la calificación de “escándalo” que el inciso derogado le dedicaba a esa actividad cuando se desarrolla en la vía pública.
Para la Iglesia, la decisión del Parlamento entrerriano de “legalizar la prostitución” es “bastardear el acto generador de la vida, que debe ser un acto de amor, para transformarlo en un acto para el comercio y para el puro placer”. En este sentido, Rodríguez llegó a comparar la ley de despenalización de la prostitución con la de Salud Reproductiva, también recientemente aprobada en esa provincia, a la que definió como una norma que “vulnera el derecho más fundamental, que es el derecho a la vida, a la patria potestad y ataca la familia”.
Luego de las declaraciones del senador entrerriano Jorge Campos, quien tras la aprobación de la derogación aclaró que “no se trata en absoluto de favorecer la prostitución, actividad que se ejerce igualmente con prohibición, sino que lo deseable es evitar que la actividad sea materia de comercio y explotación por parte de los proxenetas”, la Iglesia respondió que “con este tipo de leyes los legisladores están dejando ver el tipo de sociedad que están persiguiendo”.
Al finalizar el documento difundido ayer, el religioso concluyó: “Se está legitimando la prostitución y eso no está bien. Me parece que la gente se podría ganar la vida de otra manera”.