El ciudadano venezolano que el viernes pasado efectuó unos 15 disparos desde un departamento del piso 12 de un edificio de la zona porteña de Las Cañitas, hasta que fue reducido y detenido por la policía, declaró ante la Justicia que tiene un drama personal que lo llevó a emborracharse y por el momento continuará detenido.

Se trata de Javier Valerio Guerra, de 47 años, quien recién el domingo prestó declaración indagatoria ante el juez de la causa, Santiago Quian Zavalía, y la fiscal de instrucción Viviana Fein. “Valerio Guerra contó que tiene un drama personal y dio sus explicaciones, que ahora habrá que chequear, para contar por qué se había embriagado de tal manera”, dijo una fuente judicial.

Incluso, la misma fuente contó que Valerio Guerra “podría ser declarado inimputable”, de acuerdo con lo establecido en el artículo 34 del Código Penal, si el peritaje toxicológico revela altísimos niveles de alcohol o fármacos en sangre que acrediten que el hombre no estaba en su cabales cuando efectuó los disparos.

El vocero aclaró que “el drama no está vinculado con un problema de pareja con su esposa”, tal como se había especulado el día del hecho. Dijo que “el problema es otro” y aclaró que la mujer regresó el domingo de un viaje que había realizado a Miami.

El juez Quian Zavalía decidió dejar preso a Valerio Guerra hasta resolver su situación procesal y, tras pasar dos noches en la alcaidía del Palacio de Tribunales, ayer ordenó que fuera trasladado a una unidad penitenciaria.

El dosaje de alcohol o de otras sustancias que el hombre tenga en las muestras de sangre y orina que se le extrajeron y están en laboratorio serán clave a la hora de resolver su situación. De todas formas, Valerio Guerra no hirió a nadie con sus disparos, por lo que hasta el momento sólo está imputado por tenencia de arma de guerra –no tenía en regla los papeles de la pistola Taurus calibre 9 milímetros–, y daño, dos delitos excarcelables.

El hecho ocurrió el viernes pasado, alrededor de las 9.30, cuando Valerio Guerra, en un notable estado de embriaguez, tomó su pistola y comenzó a efectuar una serie de disparos dentro del departamento 12 B, que alquila en un edificio de la avenida Luis María Campos 86, en la zona de Las Cañitas, en Palermo.

El hombre primero efectuó siete u ocho tiros contra la puerta de su propio departamento y luego terminó de vaciar el cargador de su arma con disparos efectuados hacia el exterior desde un ventanal y desde el balcón terraza, donde llegó a ser fotografiado, armado, por un vecino.

La policía rodeó la manzana, cortó el tránsito en la cuadra, montó un amplio operativo en la zona y de la situación se hizo cargo el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la Policía Federal, con francotiradores y un negociador.

El hombre estaba tan ebrio y dopado –en el departamento se encontraron luego botellas de whisky vacías y cajas de psicofármacos–, que no podía mantener un diálogo, balbuceaba e incluso no le acertaba a la cerradura o se le caían las llaves cuando intentaba abrirles la puerta a las autoridades. Tras dos horas de tensión y una maniobra distractiva en la terraza, Valerio Guerra fue detenido por otros efectivos del GEOF que derribaron la puerta y lo redujeron.