Lunes, 29 de diciembre de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › INAUGURAN HOY UNA CALLE PEATONAL FRENTE AL LOCAL DE LA TRAGEDIA QUE MAñANA CUMPLE DIEZ AñOS
La cuadra de Bartolomé Mitre al 3000, en Once, donde estaba el boliche, será desde hoy un sitio de la Ciudad de Buenos Aires destinado a recordar a las víctimas de la tragedia. “La peatonal es una conquista de nuestra lucha”, dice la madre de un joven muerto.
Por Carlos Rodríguez
“Todos tenemos que juntarnos para lograr que el ‘nunca más Cromañón’ sea una realidad en la Argentina.” Nilda Gómez, presidenta de la ONG Familias por la Vida y madre de Mariano Benítez, uno de los 193 jóvenes que murieron hace diez años en el boliche del barrio porteño de Once, cree que todos “tenemos que tomar conciencia de que si no seguimos luchando y exigiendo a las autoridades que se hagan las inspecciones y los controles necesarios, corremos el riesgo de tener otro desastre en un boliche, en una cancha, en un shopping, en cualquier lugar”. A pesar de la tristeza eterna de los familiares, que se potencia cada fin de año desde diciembre de 2004, Nilda está satisfecha con la inauguración, hoy a las 18.30, de la peatonal construida sobre Bartolomé Mitre al 3000, en la cuadra donde estaba el boliche República Cromañón, que de ahora en más será un sitio de la Ciudad de Buenos Aires destinado a recordar a las víctimas de la tragedia.
“La peatonal es una conquista de nuestra lucha, de no haber bajado las banderas”, subraya Nilda Gómez en diálogo con Página/12. “Que la calle haya estado cerrada después de lo que ocurrió era una forma de respetar la memoria de los que murieron, de los que estuvieron tirados en el pavimento, de los que tenían que compartir una máscara de oxígeno para tratar de salvarse, porque no había máscaras para todos. Esas escenas dantescas nos siguen doliendo y están registradas en imágenes de archivo”, sostiene Nilda, quien está al frente de una de las organizaciones con mayor presencia de las que se formaron después del incendio en Cromañón.
Para Nilda, la peatonal representa ahora “seguir conservando un lugar para la reflexión, para la memoria, para seguir combatiendo la impunidad de los funcionarios, para que todos tomemos conciencia de que esto no tuvo que haber ocurrido nunca y que debemos seguir luchando para que no se vuelva a repetir, aunque ya tuvimos el derrumbe del Beara y de un montón de edificios en la ciudad, que nos están señalando que no se ha hecho nada para la prevención y para terminar con las coimas que hacen que los inspectores, y los policías, y antes los bomberos, en el caso de Cromañón, sigan haciendo la vista gorda en complicidad con los empresarios”.
“Creo que es importante que la gente venga a la peatonal, se siente en el banco de la fuente, que se quede mirando los murales que recuerdan a las víctimas. Que todos nos preguntemos: ¿cómo nos pudo pasar esto? Es una peatonal, una calle que invita a reflexionar, para empezar a sumarse a la lucha para que esto no nos vuelva a pasar nunca más.” Nilda Gómez afirma que “Cromañón nos pasó a todos, porque a mí me mataron un hijo, a otros el hermano o el novio, o un amigo y también un padre; los que murieron tenían nombre y apellido, eran amados por mucha gente; a muchos los recuerdan también sus compañeros del colegio, y esto significa que Cromañón afectó a toda la sociedad, aunque no se te haya muerto un familiar o alguien muy cercano a vos. Cromañón somos todos”.
Nilda insiste en que los argentinos “necesitamos un cambio de paradigma, un cambio que es necesario porque tenemos que empezar a pensar la prevención como una inversión necesaria, no como un gasto, y tampoco como un cartel de campaña (política) que después queda en el olvido”. También cuestiona todo el proceso judicial: “La palabra justicia está relacionada con el proceso judicial, pero partimos de la muerte de 194 jóvenes, lo que es una injusticia, sobre todo si primero acusamos a los responsables de homicidio, luego de estrago doloso, después lo pasamos a estrago culposo y la pena se va achicando”.
Alega que, desde lo simbólico, “la muerte de (Omar) Chabán es una injusticia, porque no terminó de cumplir la condena que le habían impuesto y es también una injusticia que se diga que todo fue ‘un accidente’, sin tener en cuenta que hubo empresarios que lucraron, que hubo inspectores y policías que cobraron coimas y que no cumplieron con su deber”. Recuerda que de todos los imputados por su responsabilidad “el único que pidió disculpas fue Chabán; ni (Aníbal) Ibarra ni (Patricio) Fontanet pidieron disculpas en ningún momento”. Recalca que “es muy peligroso decir que todo lo que pasó fue un accidente, porque la corrupción no es un accidente, porque la bengala no fue un accidente sino un acto irresponsable, y eso es lo que nosotros exigimos que se cambie, que se dejen de poner excusas y se cambie el paradigma para que nunca más haya un nuevo Cromañón”.
En noviembre, la ONG que preside Nilda Gómez organizó un seminario internacional al que concurrieron especialistas de distintas asignaturas y donde se analizó el compromiso que les cabe, para evitar nuevas tragedias masivas, a los responsables de la salud, de la política, de la Justicia y de los medios de difusión, entre otros actores de la sociedad.
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