SOCIEDAD › FUGA DE AGUA PESADA EN LA CENTRAL DE EMBALSE
Accidente en reactor nuclear
“Hubo una fuga de agua pesada pero es algo normal. No hay peligro alguno.” De esta forma, el presidente de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A., Eduardo Mesi, confirmó a Página/12 que el jueves pasado ocurrió un “desperfecto técnico” en uno de los reactores que funciona en la central atómica de Embalse, en Río Tercero, Córdoba. El incidente motivó la salida de servicio del complejo nuclear por un lapso de diez días. Por su parte, Raúl Montenegro, titular de la organización ecologista Funam, acusó a las autoridades por “ocultar el hecho a la población”, y consideró que el riesgo de un accidente radiactivo está “siempre latente” en las centrales atómicas del país.
Mesi confirmó que el jueves de la semana pasada se detectó una fuga de agua pesada en uno de los tres reactores que operan en la planta de Embalse. Pero aseveró que no hay riesgo de contaminación y que el desperfecto es “algo normal que puede suceder en cualquier central nuclear del mundo”. Como consecuencia de este incidente, la planta estará sin operar durante diez días, hasta que la falla sea reparada.
La noticia sobre “la pinchadura” del reactor, como la denominó el funcionario, se conoció ayer, y fue difundida por la organización Funam, que preside Montenegro. Operarios que trabajan en Embalse le comunicaron lo sucedido. “Es una barbaridad que a la población se le oculten informaciones de este tipo. Las autoridades debieron informar que había problemas con un reactor”, manifestó el dirigente ecologista.
El agua pesada, que cumple la función de refrigerar el reactor, es un compuesto similar al agua común. Pero en vez de átomos de hidrógeno comunes posee deuterio, un material de mayor densidad. Según Mesi, la fuga fue contenida y el agua pesada no se derramó sobre el lago que forma parte de las instalaciones de Embalse.
Si bien reconoció que “el accidente fue leve”, Montenegro remarcó que la sustancia liberada por la fuga en el reactor es Tritio 3 y posee un alto valor radiactivo que lo hace capaz de generar malformaciones y diversos tipos de cáncer. “No puedo confirmar si el agua pesada se vertió sobre el lago, como sucedió en 1996. Este hecho se suma a una larga lista de episodios que se suceden desde 1984, cuando Embalse comenzó a operar. No existe un mecanismo que evite por completo la ocurrencia de un accidente en las centrales atómicas argentinas. Además, no hay en el país un plan de prevención sobre riesgos nucleares. En ese sentido, la población está totalmente indefensa”, puntualizó Montenegro.