Uno de los teléfonos del empresario Hugo Darío Díaz, de 41 años, quien se encuentra desaparecido desde el lunes pasado, se activó al día siguiente para escuchar los mensajes de voz. Apenas duró unos minutos la consulta, previa introducción de la clave de seguridad –que supuestamente sólo conoce el titular de la línea–, y ya no tuvo ninguna otra actividad. La fiscal a cargo analiza otros celulares del empresario, cuyo automóvil sigue estacionado en un garaje del microcentro y fue requisado por peritos de la policía en busca de rastros. Ayer circuló la versión de que su novia declaró ante la Justicia que el financista manejaba dinero de la barra brava de Boca Juniors. Pero, por la tarde, ella salió a negarlo públicamente.

Díaz desapareció el lunes, tras haber dejado su Volkswagen Vento en un garaje cercano a su oficina de la calle Lavalle al 400. No acudió en todo el día a la financiera que manejaba y tampoco volvió a su casa. La denuncia fue hecha el lunes a la noche por su ex esposa, Natalia Puccar, después de que el empresario –quien convivía con la mujer, pese a que ya no eran pareja– no regresara al hogar. Dos semanas atrás, la casa en la que viven –en la calle Diputado Pedrera 1819, de la localidad bonaerense de Lanús– había sido baleada por unos desconocidos que circulaban en moto. En su momento, el empresario había declarado ante la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 de Lomas de Zamora que no sabía de dónde podía venir la intimidación. Unos días antes había despedido de su empresa de ambulancias a cuatro empleados, aunque no creía que éstos tuvieran que ver con el ataque, puesto que aseguraba no tener “deudas ni enemigos”.

Después de que el juez Manuel De Campos desestimara una acción de hábeas corpus tras comprobar que el empresario no estaba detenido a disposición de ninguna fuerza de seguridad, la causa recayó en el Juzgado de Instrucción 30 de Jorge Adolfo López. La Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción 1, subrogada por la fiscal Estela Andrades, ya mandó a analizar otras líneas de teléfonos celulares a cargo del empresario y además pidió la intervención de la División Búsqueda de Persona de la Policía Federal.

Al respecto, pudo comprobarse que el teléfono Nextel del financista se activó el martes –a 24 horas de la desaparición– por unos minutos para chequear los mensajes de voz que había recibido. En tanto, el vehículo con el que el empresario llegó el lunes por la mañana al garaje situado en Lavalle y Florida, en pleno centro, aún continúa estacionado allí y sigue requisado por efectivos de la Policía Federal.

Según fuentes judiciales consignadas por la agencia DyN, la novia de Díaz, a quien sólo se conoce por su nombre de pila (Ana), había asegurado ante la Justicia porteña que el empresario financiaba a integrantes de La Doce, y que hace un tiempo había tenido “problemas de cobro” con algunos barrabravas del equipo de la Ribera. Horas más tarde, la mujer –en declaraciones al canal C5N– desmintió la versión: dijo que nunca había dicho eso ante el juez.

Por el momento, en la causa se constatan las declaraciones de la citada Ana, dos de Natalia Puccar –ex esposa del empresario, que hizo la denuncia por averiguación de paradero– y la de un primo que trabajaba con el empresario, apodado El Pela, quien declaró que el lunes por la mañana Díaz pasó a buscar un cheque por su oficina del microcentro, pero luego nunca llegó a su propia oficina, situada en San Martín y Lavalle. Además, el primo fue el último en recibir un mensaje de texto por parte de Díaz, el lunes a las 13.37, en el que decía “me voy para casa”. Allí tampoco llegó.

En la investigación se analizan los contactos y el círculo personal del financista, si mantuvo o mantenía una relación sentimental con una reconocida vedette y si acaso el lunes por la mañana debía encontrarse con alguien en particular.

Díaz es el titular de May Day, una empresa de servicios de ambulancia. En sociedad con otras personas, el empresario desaparecido se dedica también a una actividad paralela en una “cueva” financiera en el microcentro.