SOCIEDAD
Una gran cumbre en palacio para frenar la nueva telenovela británica
El príncipe Carlos no descarta aparecer en televisión para desmentir el supuesto acto homosexual con un mayordomo suyo.
Por Marcelo Justo
El príncipe Carlos sostuvo una cumbre anoche en su residencia de campo para decidir una nueva estrategia sobre las alegaciones de una presunta relación homosexual con un mayordomo. En este nuevo teleteatro de la casa real británica que mezcla ingredientes de Hola y Playboy, el príncipe está contemplando la posibilidad de aparecer por televisión para desmentir personalmente que nada “inapropiado” ha ocurrido entre él y su servant. Anoche, para asesorarlo, estaban su hijo Guillermo y la eterna rival de su madre Lady Di, y actual “compañera” o “acompañante” de su padre, Camilla Parker-Bowles.
La maquinaria del palacio está en pleno funcionamiento para neutralizar esta historia entre farsesca y bizarra que envuelve una vez más a la familia real. Ayer, el vespertino de mayor circulación, el Evening Standard, publicó una entrevista exclusiva de otro ex empleado doméstico de la corona, esta vez el ex chofer del príncipe y de Lady Di, quien salió a la defensa de Carlos. Según Simón Solari –tal el nombre del chofer–, las alegaciones que hizo el valet George Smith sobre el príncipe carecen de todo sustento porque, por su puesto, el valet no tenía posibilidades de ver lo que dice que vio. “El no podía haber entrado en el cuarto para llevarle el té porque ése es el trabajo de un valet de alto nivel. Así funciona el sistema”, comentó Solari.
¿Y qué vio o qué dice que vio el ex valet cuando entró con su bandeja de plata y té a bordo? Esa es la pregunta que se hacen todos los británicos desde que estalló este escándalo porque, debido a un amparo judicial, ningún periódico inglés está autorizado a revelarlo. Como suele suceder, esto no ha hecho más que instigar la imaginación de los súbditos de la corona que en el actual mundo globalizado pueden servirse de Internet para acceder a la información que sí se puede dar a conocer en el extranjero.
Las versiones que circulan en la red y en el runrún del rumor colectivo son dos. En una, el príncipe heredero y su mayordomo están entrelazados en un abrazo aparentemente postcoito en la misma cama (sin volutas de humo de cigarrillo subiendo al techo dada la estricta política antitabaco de Gran Bretaña). En la otra, el valet los sorprende en uno de esos actos denominados como “sexo oral”.
El autor de estas alegaciones es un ex veterano de la guerra de las Malvinas que tiene un denso historial en el servicio del príncipe heredero. En noviembre del año pasado, el valet George Smith declaró al dominical Mail on Sunday que un sirviente de Carlos lo había violado y que la casa real había tapado el asunto. En la nota, Smith decía que en su momento había hablado del tema con Lady Diana, quien había grabado su confesión en un casete. Según publicó el diario dominical en ese momento, sin entrar en mayores detalles, el ex valet había hecho otra alegación “aún más grave” sobre “un incidente que él había presenciado entre un alto miembro de la familia real y un sirviente”.
Cuando, hace diez días, el Mail on Sunday decidió publicar una investigación posterior sobre el tema, se encontró con que el sirviente que era nombrado como la pareja del príncipe, Michel Fawcett, había solicitado a sus abogados que consiguieran un amparo judicial que prohibiera toda mención de la alegación. Fawcett tuvo éxito en conseguir el amparo, pero fracasó totalmente en el intento de acallar el asunto. Los rumores crecieron a tal velocidad que el jueves de la semana pasada, el asesor de prensa del príncipe, Sir Michael Peat, tomó la polémica decisión de salir públicamente a admitir que la alegación se refería al príncipe Carlos y a negar que fuera cierta. Como en tantas otras maniobras de esta incompetente monarquía, la presunta astucia resultó totalmente contraproducente. La prensa mundial se encandiló con el tema, versiones no censuradas aparecieron en diarios de Italia, Australia y la República de Irlanda, y en Inglaterra no se habló de otra cosa. Para empeorar las cosas, trascendió ayer que el mismo Sir Michel Peat le había preguntado a otro asesor del príncipe Carlos, hace un año, si él pensaba que Carlos era bisexual. En declaraciones al matutino sensacionalista The News of the World, el asesor, Mark Bolland, negó por completo el asunto. “Me asombró que Sir Michael me preguntara eso. Le dije que de ninguna manera el príncipe era gay o bisexual”, declaró.
Los monárquicos británicos están cada vez más preocupados porque creen que el príncipe está erosionando la institución. La caída en picada de la reputación de la familia real conspira contra la corona y algunos aconsejan a Carlos que abdique en favor de su primogénito Guillermo. “No queremos un monarca de opereta que sea el hazmerreír de todo el mundo. Queremos una institución moderna y vigorosa que sea un puente con nuestra tradición y historia”, señaló ayer en el Evening Standard el columnista monárquico y autor de El ascenso y caída de la Casa de los Windsor, A.N. Wilson.