EL MUNDO › EL VICE PERUANO RENUNCIO A UNA CARTERA POR ESCANDALO
Sexo, poder y corrupción
Por Carlos Noriega
El asunto comenzó como una aventura amorosa y terminó en un escándalo de corrupción y en una crisis política que ha puesto, nuevamente, en serios aprietos al debilitado gobierno del presidente Alejandro Toledo. El protagonista central de esta historia –que bien podría servir para el guión de una escabrosa película de sexo, poder y corrupción– es el primer vicepresidente y ministro de Turismo y Comercio Exterior, Raúl Diez Canseco, quien ayer se vio obligado a renunciar al gabinete, aunque aún mantiene el cargo de vicepresidente.
El pasado jueves el diario Correo, uno de los de mayor circulación, denunció que Raúl Diez Canseco (53) había usado su puesto de ministro para que su actual pareja, la joven Luciana de la Fuente (26), y dos primos suyos fueran contratados por la Comisión para la Promoción de Exportaciones (Prompex), organismo público que depende del despacho de Diez Canseco. Pero los favores para la afortunada familia de la novia del ministro no quedaron ahí. En el día de su cumpleaños, el pasado 3 de abril, el padre de Luciana recibió como regalo un decreto supremo que exoneraba a su negocio de venta de comida en el aeropuerto internacional de Lima del pago de impuestos.
La relación extramarital de Diez Canseco con la joven Luciana se comentaba desde hace meses a media voz en los salones sociales y los círculos políticos. Quienes conocen al vicepresidente, un hombre que frecuenta círculos de oración católica, comentaban que había perdido la cabeza por la joven mujer –ahora también perdió el puesto por ella– a tal punto de buscarla y enamorarla a pesar de que anteriormente había sido la novia de su hijo. Por Luciana, Diez Canseco se separó de su esposa y se enfrentó a su hijo.
La denuncia estalló como una bomba en el escenario político. La oposición exigió de inmediato la renuncia de Diez Canseco y el oficialismo se dividió entre una mayoría que se sumó a ese pedido y una minoría que optó por defender al cuestionado ministro señalando que lo que había hecho no constituía un delito, aunque tuvieron que admitir que “no es correcto”. Toledo, por su parte, optó por el silencio. Diez Canseco ha sido acusado constitucionalmente en el Congreso por haber dado una norma tributaria a través de un decreto supremo, algo que la Constitución señala sólo puede hacerse a través de una ley del Parlamento y, a pesar de su renuncia, hoy martes deberá comparecer ante una comisión parlamentaria.
El mismo día las denuncias en su contra salieron a la luz y el gobierno debía enfrentar el escándalo, Diez Canseco viajó a Washington para intervenir en las negociaciones con Estados Unidos sobre el tratado bilateral de libre comercio. Pero antes de partir dijo que no había hecho nada malo, que los favores a la familia de Luciana eran “pura coincidencia” y que era víctima de “una campaña que busca liquidarme moralmente”. También aseguró que tenía el respaldo del presidente Toledo. Pero éste le pidió la renuncia y ayer, ni bien desembarcó del avión, leyó una breve declaración anunciando su salida del ministerio de Turismo y Comercio Exterior, aunque no ha renunciado a la vicepresidencia.
Las pruebas lo señalan. Antes de viajar, Diez Canseco había dejado grabada una entrevista concedida a un programa dominical en la que negaba que Luciana fuera su pareja. Pero otro programa dominical reveló una foto de la pareja durante un viaje a Machu Picchu.
Su dimisión ha calmado en algo la tormenta política, pero el hecho de que conserve el cargo de primer vicepresidente sigue siendo un factor de irritación. Este viernes Toledo viajará a Bolivia y Diez Canseco deberá quedarse al mando, algo que parece inaceptable para muchos.