Por la investigación del robo a un camión blindado, del que el jueves robaron 13 sacas con más de 15 millones de pesos, fue detenido el chofer del transporte, a quien los investigadores consideran “entregador” y coautor del crimen sucedido en Boulogne. La detención del conductor fue ordenada luego de que los pesquisas establecieran que nadie entró al blindado para asaltarlo, y que fue él mismo quien arrancó una vez que sus compañeros de tareas descendieron del camión para entregar dinero en un banco. Anoche, la policía continuaba buscando a dos posibles cómplices del robo, con quienes se presume que el chofer planeó el robo y que estarían ocultando el dinero.

El relato de Diego Ramón Almirón “estaba plagado de incongruencias y demostramos con los videos que nadie entró al blindado para amenazarlo, sino que él solo arrancó el camión aprovechando que sus compañeros habían bajado”, informó uno de los jefes policiales abocados a la investigación. La fiscal a cargo de la causa, Laura Capra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Descentralizada de Boulogne, imputa a Almirón el delito de “robo agravado por ser de mercadería en tránsito”, que prevé pena de tres a diez años de prisión. En la noche del jueves, Capra ordenó el allanamiento del domicilio del chofer, en Hurlingham, pero los efectivos de la Coordinación Departamental de Investigaciones (CDI) de San Isidro no dieron con pruebas que involucren al chofer.

Almirón pasó la noche del jueves en un calabozo de la CDI, a donde su esposa y sus padres –que aseguraron que confían en su inocencia– fueron para llevarle ropa. Ayer por la mañana, fue trasladado a la fiscalía de Boulogne para ser indagado, pero un corte de luz, originado por la mala maniobra de un camión volquetero que cortó un cable de electricidad, dejó la dependencia judicial a oscuras por la tarde. Sin embargo, horas después, la diligencia se pudo realizar; por consejo de su defensor oficial, el chofer se negó a declarar. La fiscal Capra solicitó al juez de Garantías 3 de San Isidro, Diego Martínez, que convierta la aprehensión en detención y que convalide el allanamiento realizado en su domicilio.

Capra y los detectives de la CDI comenzaron a sospechar del chofer cuando notaron contradicciones entre su relato, que dio informalmente a la policía, y el de sus tres compañeros que habían bajado del camión de caudales. Inicialmente, Almirón detalló a los investigadores que alrededor de las 8.45 él estacionó el camión –interno 023, patente TQM 680 de la empresa Loomis– frente al Banco Piano, ubicado en Antonio Sáenz 2170. Luego, del vehículo descendieron sus tres compañeros, dos de ellos portavalores –que ingresaron al banco con sacas para entregar seis millones de pesos– y el tercero, escopetero, que se quedó parado en la vereda de enfrente, en la puerta del banco. Almirón dijo que cuando estaba solo en el camión aparecieron dos delincuentes armados, que habrían entrado al vehículo con una copia de la llave de la puerta, lo amenazaron y le indicaron que arrancara.

Fuentes judiciales informaron que ese relato no resultó consistente, porque los investigadores determinaron que, por reglamentación de seguridad bancaria, las llaves de esas unidades son codificadas y es imposible hacer copias de ellas; además, agregaron, sólo es posible abordar el blindado si el chofer franquea el acceso.

Los pesquisas relevaron los registros de video de las cámaras de seguridad del banco, las del sistema de monitoreo municipal y de otras privadas, instaladas en la zona. Ninguna de ellas detectó la presencia de dos personas abordando el camión. “La cámara de la puerta del banco y la de un cajero automático enfocan de frente al blindado. Las imágenes son muy claras, nadie se subió a ese camión”, señalaron fuentes judiciales.