Al menos cuatro personas murieron y más de 16.000 debieron abandonar sus hogares por la llegada del violento tifón Koppu, que sacudió ayer el norte de Filipinas y provocó inundaciones y corrimientos de tierra. Dos de las víctimas murieron ahogadas en la provincia de Nueva Ecija, mientras que la tercera falleció electrocutada en la provincia de Tarlac y la cuarta, a causa de un árbol arrancado por los fuertes vientos en Manila. En tanto, las autoridades advirtieron a los ciudadanos por el riesgo de mareas vivas de hasta tres metros, corrimientos de tierra e inundaciones.