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Vecinos de la Ciudad de Buenos Aires manifestaron su rechazo al proyecto del gobierno porteño que declara innecesarios a una veintena de terrenos del Ejecutivo y la entrega de su dominio al Arzobispado de Buenos Aires, entre ellos un predio de la Escuela Primera Junta a la Iglesia de Caacupé de la Comuna 6.

Los vecinos se manifestaron durante una audiencia pública convocada por la Legislatura como paso previo al debate del proyecto de ley del oficialismo. La audiencia reunió a cientos de personas, quienes se congregaron para expresar su opinión en torno de la transferencia al Arzobispado del dominio de nueve inmuebles, el uso gratuito de otros tres y la posibilidad de recibir seis de parte del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires.

Entre ellos, figura la entrega de un predio de 2447 metros cuadrados donde funciona la capilla Caacupé, en el barrio de Caballito, que linda con la Escuela Primera Junta y del Jardín Margarita Ravioli, cuya comunidad educativa estuvo presente en la audiencia para manifestar la oposición a la inclusión de una porción de esas tierras, de unos 495 metros cuadrados, que están en disputa.

Según aseguraron, ese sector pertenece a la escuela y fue “usurpado” por la Iglesia para levantar un salón de usos múltiples, por lo cual exigieron a los legisladores corregir la redacción de la ley para quitar de la lista de cesiones el predio en cuestión.

El proyecto cuenta con una primera sanción efectuada a principios de septiembre con 47 votos positivos, cuatro negativos y tres abstenciones y –de acuerdo con el reglamento parlamentario– debía ser discutido en el marco de una audiencia pública para, posteriormente, regresar al recinto de sesiones para una aprobación definitiva.

“Puede ser que los legisladores se hayan equivocado al interpretar el croquis con los planos, pero estamos en esta audiencia para asegurar que no queremos ni un metro menos para la educación pública de la Ciudad”, aseguró Pablo Calegaris, ex alumno de la escuela Primera Junta.

La diputada María Rachid (FpV), quien votó en contra en la primera sanción, señaló que el proyecto representa “una vergüenza para la historia y para los valores laicos y democráticos de esta ciudad”.