Los heridos por pirotecnia y descorche de botellas atendidos en los hospitales porteños alcanzaron los 77 damnificados en estas fiestas por Año Nuevo y si bien se registró un aumento respecto a los lastimados del año pasado –que totalizaron 38– la mayoría de los casos no fueron graves.

El hospital porteño de oftalmología Pedro Lagleyze “atendió a 15 personas, 13 por pirotecnia y dos por corchazos, ninguno de gravedad y todos fueron dados de alta”, dijo el encargado de estadísticas, Orlando Nieto.

En tanto en el Hospital de Quemados de la ciudad de Buenos Aires, la guardia asistió a 27 personas pero no recibió “casos de gravedad; todos fueron ambulatorios y no hizo falta la internación de ningún paciente”, informó la jefa del servicio, Myriam Miño.

La médica dijo que “sólo un caso requirió de alguna atención compleja que fue el de una niña a la que le cayó encima un elemento pirotécnico que ni siquiera había sido encendido por su familia”. “Atendimos una cantidad de heridos similares a los de la Nochebuena cuando tuvimos 25 casos; del registro que llevamos surge que se está dando una tendencia a la baja que puede tener que ver con mayor conciencia en la población y con la menor difusión de la pirotecnia ilegal”, apuntó.

La especialista indicó que “el trabajo que hacen los medios y las campañas en redes sociales han sido particularmente eficaces para concientizar a la población” y citó como ejemplo “las campañas para proteger a los perros de los estruendos y la que trataba de generar conciencia sobre cómo estos podían perturbar a las personas con autismo”.

“Sería bueno que se lleve adelante algún trabajo estadístico que encuentre explicaciones más precisas a este fenómeno, porque sería una herramienta para campañas de prevención más eficaces”, concluyó.

Por otra parte, el Hospital Oftalmológico Santa Lucía recibió 35 pacientes, cinco de los cuales “quedaron internados para cirugía”, informó el jefe de guardia, Carlos Díaz, quien añadió que estos últimos son todos mayores de edad y sus lesiones se deben al uso de pirotecnia.

En tanto en los hospitales públicos de la localidad bonaerense de San Martín y la ciudad de La Plata, 23 personas fueron atendidas debido a quemaduras por el uso de pirotecnia y otras dos con lesiones en los ojos por corchazos.

En San Martín, una nena de 12 años está grave tras recibir en el cráneo el impacto de una bala perdida durante los festejos de Año Nuevo. El director asociado del Hospital Eva Perón de San Martín, Raúl Sayour, dijo que la nena “ingresó con herida de bala en el cráneo, fue derivada en estado grave al hospital Garrahan y se presume fue alcanzada por una bala perdida”.

La responsable del Servicio de Quemados del hospital, Cecilia Gardiner, detalló que atendieron a “10 adultos de entre 20 y 30 años con heridas por pirotecnia, entre ellos una nena de dos que presentaba lesiones en miembros superiores, inferiores y en la carita y que fue derivada al hospital de Niños de La Plata”.

Por su parte, el área oftalmológica del Hospital Rossi de La Plata asistió a “ocho heridos por pirotecnia, siete de ellos con lesiones leves y uno moderadas pero ninguno fue grave, que requiera cirugía”, y también a “otros dos adultos con heridas por corchazos”, detalló la médica María González Arzac.

Y en el Hospital de Niños de La Plata, según informó la médica Silvana Bencini, “se atendieron tres niños de 11, 12 y 7 años con heridas leves en manos y brazos por el estallido de petardos y cohetes, pero no requirieron internación sino que están con tratamiento ambulatorio”.

En Mar del Plata los festejos de Año Nuevo ocasionaron nueve atenciones en el Hospital General de Agudos, mientras que se reportaron un muerto y ocho heridos por peleas con arma blanca y de fuego.

En la ciudad de Córdoba se reportaron tres heridos por manipulación de pirotecnia en el Instituto del Quemado y del Hospital de Urgencias, de los cuales sólo uno debió ser internado preventivamente.

En Córdoba también se informó sobre cuatro jóvenes de entre 16 y 22 años con heridas de armas de fuego y que dos de ellos debieron ser sometidos a intervención quirúrgica, por peleas callejeras.