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“Romina está desesperada porque se acercan las Fiestas y no quiere pasarlas en la cárcel”, aseguró Mariana Vargas, la abogada de Romina Tejerina, la chica jujeña de 20 años que mató a su bebé fruto de una violación instantes después de haber nacido. Con el objetivo de obtener “la inmediata liberación” de la joven, organismos de derechos humanos realizarán, el próximo 23 de diciembre, una jornada nacional de protesta.
La movilización se llevará a cabo en Buenos Aires, San Salvador de Jujuy y San Pedro, el pueblo norteño al que pertenece la víctima, que hoy permanece privada de su libertad, con un cuadro crónico de trastorno de estrés postraumático. La chica dio a luz el 23 de febrero de este año, después de haber sido violada el 1º de agosto del año pasado. Sin embargo, el hombre acusado del hecho, vecino de Tejerina, fue sobreseído hace un mes.
Vargas informó ayer sobre la convocatoria y aseguró que “en los próximos días llegarán a Jujuy referentes de organismos de derechos humanos y legisladores nacionales para entrevistarse con el gobernador Eduardo Fellner y el juez de la causa, a quienes le plantearán la situación que atraviesa la joven”. En la movilización, que podría extenderse a Salta y Tucumán, estarán la diputada María Elena Barbagelata; la directora de la escuela de Psicología Social, Ana Quiroga; la organización Amas de Casa del País, e integrantes de la Comisión de Seguimiento del caso, entre otros.
Por su parte, Ana González, asesora de la Secretaría de Derechos Humanos, que también sigue de cerca el caso, sostuvo que, a partir de la vista de los expedientes, “pudimos ver que estaba muy desarrollada la causa de homicidio, pero no así la de violación”.
En este sentido, la abogada se quejó del accionar del juez de San Pedro Argentino Juárez en la causa de violación. “En una actitud incomprensible, un día después de haber recibido los informes de la perito María Teresa López de Fernández, el juez volvió a pedir otras pericias que afectan la salud física y mental de mi defendida”, que continúa sin procesamiento.
Según explicó Vargas, el trastorno por estrés postraumático se volvió crónico “por todas las entrevistas que tuvo Romina, en las que debe recordar el hecho traumático. Esto provocó que ella comenzara a disociar, para poder soportar esas imágenes”, señaló. La abogada también denunció que la joven sufre “maltrato” en la cárcel y aseguró que no posee “un tratamiento psicológico regular”.